Читать онлайн книгу "El Escritor"
El Escritor
Danilo Clementoni
Danilo Clementoni
El Escritor
Las aventuras de Azakis y Petri
Titulo original:
Lo Scrittore
Le avventure di Azakis e Petri
Traducido por: MarГѓВa Acosta
Editor: Tektime
Este libro es una obra producto de la fantasГѓВa. Nombres, personajes, lugares y organizaciones citados son fruto de la imaginaciГѓВіn del autor y su objetivo es dar verosimilitud a la narraciГѓВіn. Cualquier parecido con hechos o personas reales, vivas o difuntas, es pura coincidencia.
EL ESCRITOR
Copyright © 2016 Danilo Clementoni
1ª edición (en italiano): abril 2016
Editado e impreso por el autor
facebook: www.facebook.com/libroloscrittore
blog: dclementoni.blogspot.it
e-mail: d.clementoni@gmail.com
Derechos reservados. Ninguna parte de esta publicaciГѓВіn podrГѓВЎ ser reproducida de ninguna manera, incluso por cualquier tipo de sistema mecГѓВЎnico y/o electrГѓВіnico sin la autorizaciГѓВіn expresa y escrita del editor, a excepciГѓВіn de algunos pequeГѓВ±os pasajes a efectos de ilustrar reseГѓВ±as o recensiones.
Este es el tercer volumen de la serie
Las aventuras de Azakis y Petri Con el fin de disfrutar completamente esta apasionante aventura, antes de comenzar la lectura de esta novela recomendarГѓВa la lectura del primer tomo titulado El Retorno y del segundo tГѓВtulo Encuentro con Nibiru (Nota del Autor)
A mi mujer y mi hijo por la paciencia que han tenido conmigo y por todas las valiosas sugerencias que han aportado, contribuyendo de esta manera, ya se a mi mismo como a esta novela.
Un abrazo especial a mi madre y un fortГѓВsimo beso a mi padre que, aГѓВєn sufriendo por su enfermedad, con su presencia y su mirada, me ha impulsado a poner todo mi corazГѓВіn en esta maravillosa novela.
Agradezco en particular a todos mis amigos el que me hayan confortado e incitado a seguir hasta finalizar este trabajo que, quizГѓВЎs, sin ellos no habrГѓВa visto jamГѓВЎs la luz.
IntroducciГѓВіn
El decimosegundo planeta, Nibiru, (el planeta de transiciГѓВіn), como fue llamado por los sumerios o Marduk (el rey de los cielos) como lo rebautizaron los babilonios, es en realidad un cuerpo celeste que orbita en torno a nuestro sol durante un perГѓВodo de 3.600 aГѓВ±os. Su ГѓВіrbita es claramente elГѓВptica, retrГѓВіgrada (gira alrededor del sol en sentido contrario a todos los demГѓВЎs planetas) y estГѓВЎ muy inclinada respecto al plano de nuestro sistema solar.
Cada una de sus aproximaciones cГѓВclicas ha provocado casi siempre inmensas perturbaciones interplanetarias en nuestro sistema solar, tanto en las ГѓВіrbitas como en la conformaciГѓВіn misma de los planetas que formaban parte del mismo. Concretamente, fue justo en una de sus mГѓВЎs tumultuosas transiciones que el majestuoso planeta Tiamat, ubicado entre Marte y JГѓВєpiter, con una masa aproximada de nueve veces la de la actual Tierra, con abundante agua y con once satГѓВ©lites, fue devastado debido a un ГѓВ©pico choque. Una de las siete lunas que orbitaban alrededor de Nibiru golpeГѓВі al gigantesco Tiamat partiГѓВ©ndolo prГѓВЎcticamene por la mitad, obligando a cada una de las secciones a moverse en distintas ГѓВіrbitas. En la siguiente transiciГѓВіn (el segundo dГѓВa del GГѓВ©nesis), los restantes satГѓВ©lites de Nibiru completaron la obra destruyendo completamente una de las partes que se habГѓВan formado con el primer choque. Los detritos generados por las mГѓВєltiples colisiones crearon, en parte, lo que hoy conocemos como cinturГѓВіn de asteroides
o Brazalete Martillado, que era como lo llamaban los sumerios, y otra parte fue incorporada por los planetas vecinos. En concreto, fue JГѓВєpiter el que capturГѓВі la mayor parte de los detritos, aumentando de forma considerable su masa.
Los satГѓВ©lites artГѓВfices del desastre, incluyendo aquellos supervivientes del antiguo planeta Tiamat, en su mayor parte fueron lanzados hacia ГѓВіrbitas exteriores, formando lo que hoy conocemos como cometas; la parte superviviente a la segunda transiciГѓВіn consiguiГѓВі colocarse en una ГѓВіrbita entre Marte y Venus, llevГѓВЎndose consigo el ГѓВєltimo satГѓВ©lite y acabando por formar lo que hoy conocemos como Tierra, junto a su inseparable compaГѓВ±era la Luna.
La cicatriz provocada por aquella colisiГѓВіn cГѓВіsmica, que habГѓВa tenido lugar aproximadamente hacГѓВa 4 millones de aГѓВ±os, todavГѓВa es parcialmente visible. La parte daГѓВ±ada del planeta estГѓВЎ actualmente cubierta por las aguas de lo que hoy llamamos OcГѓВ©ano PacГѓВfico. Ocupa un tercio de la superficie terrestre con una extensiГѓВіn de mГѓВЎs de 179 millones de kilГѓВіmetros cuadrados. En toda esta inmensa superficie no hay prГѓВЎcticamente masa terrestre, sГѓВіlo una gran depresiГѓВіn que se extiende hasta una profundidad que supera los diez kilГѓВіmetros.
Actualmente Nibiru posee una configuraciГѓВіn muy parecida a la de la Tierra. Las dos terceras partes de su superficie estГѓВЎn recubiertas de agua mientras que el resto estГѓВЎ ocupada por un ГѓВєnico continente que se extiende de norte a sur, con una superficie total de 100 millones de kilГѓВіmetros cuadrados. Algunos de sus habitantes, con cientos de miles de aГѓВ±os, aprovechando la aproximaciГѓВіn cГѓВclica de su planeta al nuestro, nos han visitado de manera sistemГѓВЎtica, influyendo en la cultura, los conocimientos, la tecnologГѓВa e incluso en la misma evoluciГѓВіn de la raza humana. Nuestros antepasados los han llamado de muchas maneras, pero quizГѓВЎs el nombre con el que han sido conocidos desde siempre haya sido ГўВЂВњDiosesГўВЂВќ.
PrГѓВіlogo
Azakis y Petri, los dos simpГѓВЎticos e inseparables alienГѓВgenas protagonistas de esta aventura, han vuelto al planeta Tierra despuГѓВ©s de un aГѓВ±o (3.600 aГѓВ±os terrestres). Su misiГѓВіn era recuperar una valiosa carga que, a causa del mal funcionamiento de su sistema de transporte, se habГѓВan visto obligados a abandonar rГѓВЎpidamente en su anterior visita. Esta vez, en cambio, han encontrado una poblaciГѓВіn terrestre muy distinta con respecto a aquella que habГѓВan dejado. Usos, costumbres, cultura, tecnologГѓВa, sistemas de telecomunicaciГѓВіn, armamento, todo era diferente con respecto a lo que habГѓВan encontrado en la ГѓВєltima visita.
A su llegada se tropezaron con una pareja de terrestres: la doctora en arqueologГѓВa Elisa Hunter y el coronel Jack Hudson, que los acogieron con entusiasmo y, despuГѓВ©s de innumerables peripecias, los ayudaron a finalizar su delicada misiГѓВіn.
Aquello que sin embargo los dos alienГѓВgenas no habrГѓВan querido decir a sus nuevos amigos era que, su planeta natal, Nibiru, se estaba acercando velozmente y que, al cabo de siete dГѓВas terrestres, chocarГѓВa con la ГѓВіrbita de la Tierra. SegГѓВєn el cГѓВЎlculo efectuado por los Ancianos, uno de sus siete satГѓВ©lites rozarГѓВa el planeta provocando una serie de alteraciones climГѓВЎticas comparables a aquellas que, en la transiciГѓВіn anterior, habГѓВan sido resumidas en un ГѓВєnico concepto: Diluvio Universal.
En los dos episodios anteriores ("El Retorno" y "Encuentro con Nibiru"), los protagonistas de esta aventura, a pesar de las innumerables dificultades, han conseguido salvar la Tierra de la catГѓВЎstrofe pero en este momento una nueva aventura les aguarda. La vuelta a casa de Azakis y Petri ha sido saboteada y una amenaza todavГѓВa mГѓВЎs terrorГѓВfica estГѓВЎ a punto de irrumpir sobre todo el sistema solar.
En el ГѓВєltimo episodio habГѓВamos dejado a los ocupantes de la majestuosa Theos lidiando con la imprevista activaciГѓВіn del procedimiento de autodestrucciГѓВіn de la astronave y es justo en este punto que retomaremos la narraciГѓВіn de esta nueva y fantГѓВЎstica aventura.
Astronave Theos – La evacuación
«¡Abandonad la nave!» exclamó Azakis desesperado.
La orden perentoria del comandante se difundiГѓВі al mismo tiempo en todos los niveles de la Theos. Los pocos miembros de la tripulaciГѓВіn, despuГѓВ©s de una pequeГѓВ±a vacilaciГѓВіn inicial, siguieron automГѓВЎticamente el procedimiento de evacuaciГѓВіn que habГѓВan entrenado tantas veces durante las simulaciones de emergencia.
«Ochenta segundos para la autodestrucción» anunció de nuevo la cálida y tranquila voz femenina del sistema central.
«¡Ánimo, Zak!» gritó Petri. «No nos queda mucho tiempo, debemos largarnos.»
«¿Pero no podemos hacer nada para interrumpir la secuencia?» replicó Azakis, incrédulo.
«Por desgracia no, amigo mГѓВo. De otro modo ya lo habrГѓВa hecho, ¿tГѓВє quГѓВ© crees?»
«Pero no es posible» dijo el comandante mientras era arrastrado por un brazo por su compañero de aventuras, en dirección al módulo de comunicación interno número tres.
«En realidad, se podrГѓВa incluso intentar interrumpir de manera manual el procedimiento pero necesitarГѓВamos, por lo menos, treinta minutos y nosotros, tenemos, mГѓВЎs o menos, uno.»
«Espera, pГѓВЎrate» exclamГѓВі entonces Azakis liberГѓВЎndose con un tirГѓВіn del fuerte agarre del amigo. «No podemos dejar que explote aquГѓВ. La ola de energГѓВa que generarГѓВЎ la deflagraciГѓВіn llegarГѓВa a la tierra en pocos minutos y la parte visible del planeta serГѓВa embestida por una onda de impacto gigantesca que destruirГѓВa todo lo que encontrase a su paso.»
«Ya he preparado el control remoto de la Theos desde la nave espacial. La desviaremos cuando hayamos subido, siempre que te des prisa» le gritó Petri mientras aferraba de nuevo el brazo del amigo y lo arrastraba a la fuerza en dirección al módulo.
«Sesenta segundos para la autodestrucción.»
«¿A dГѓВіnde la quieres desviar?» continuГѓВі Azakis mientras la escotilla del mГѓВіdulo de comunicaciГѓВіn interno se abrГѓВa en el puente de la nave espacial en el nivel seis. «No serГѓВЎ suficiente un minuto para conseguir que alcance una distancia tal que...»
«¿Quieres dejar de parlotear?» lo interrumpiГѓВі Petri. «Cierra el pico y siГѓВ©ntate allГѓВ. Yo me encargo.»
Azakis, sin decir nada mГѓВЎs, obedeciГѓВі la orden y tomГѓВі asiento en la butaca gris al lado de la consola central. De la misma manera que habГѓВa hecho ya decenas de veces en situaciones igualmente peligrosas, decidiГѓВі fiarse completamente de la capacidad y experiencia de su compaГѓВ±ero. Mientras Petri trasteaba febrilmente con una serie de hologramas tridimensionales de simulaciГѓВіn, pensГѓВі en controlar el resultado de la evacuaciГѓВіn del resto de la tripulaciГѓВіn, contactando de manera simultГѓВЎnea con cada uno de los pilotos. En pocos segundos todos confirmaron la reciente separaciГѓВіn de las naves espaciales de la nave nodriza. Estaban alejГѓВЎndose rГѓВЎpidamente. El comandante dejГѓВі escapar un hondo suspiro de alivio y volviГѓВі a prestar su atenciГѓВіn a las maniobras de su amigo.
«Treinta segundos para la autodestrucción.»
«Estamos fuera» exclamГѓВі Petri. «Ahora desvГѓВo la Theos.»
«¿Qué puedo hacer para ayudarte?»
«Nada, no te preocupes. EstГѓВЎs en buenas manos» y le guiГѓВ±ГѓВі el ojo derecho, asГѓВ como le habГѓВan enseГѓВ±ado a hacer sus amigos terrestres. «PondrГѓВ© la nave detrГѓВЎs de la luna. Desde allГѓВ no podrГѓВЎ hacer daГѓВ±o.»
«¡Maldita sea!» exclamГѓВі Azakis. «No lo habГѓВa pensado.»
«Por eso estoy aquГѓВ, ¿no?»
«La onda expansiva se romperГѓВЎ sobre el satГѓВ©lite, el cual asorberГѓВЎ toda la energГѓВa. Eres un fenГѓВіmeno, amigo mГѓВo»
«Y no producirá ningún daño en la luna» continuó Petri. «Allàno hay nada más que rocas y cráteres.»
«Diez segundos para la autodestrucción.»
«Estoy a punto...» dijo Petri con un hilo de voz.
«Tres... Dos... Uno.»
«¡Hecho! La Theos está en posición.»
Justo en ese momento, en la cara oculta de la luna, en las coordenadas, en grados decimales, 24,446471 de latitud y 152,171308 de longitud, en el mismo lugar de aquello que los terrestres habГѓВan llamado el crГѓВЎter Komarov, tuvo lugar un extraГѓВ±o movimiento telГѓВєrico. Sobre la superficie ГѓВЎrida y accidentada del crГѓВЎter, como si una enorme hoja de espada, invisible se hubiese clavado repentinamente, se abriГѓВі una gruesa y profunda hendidura de mГѓВЎrgenes perfectos. Inmediatamente despuГѓВ©s, como si hubiese sido disparado desde el fondo del crГѓВЎter, un extraГѓВ±o objeto de forma ovalada saltГѓВі hacia afuera a una velocidad increГѓВble y se dirigiГѓВі hacia el espacio, con una trayectoria aproximada de treinta grados de inclinaciГѓВіn respecto a la perpendicular. El objeto permaneciГѓВі visible solo unos pocos segundos antes de desaparecer definitivamente en un fogonazo de luz azulada.
Sobre la nave espacial, desde la apertura elГѓВptica que permitГѓВa la visiГѓВіn del exterior, un resplandor cegador iluminГѓВі el negro y frГѓВo espacio exterior, inundando el interior de la nave con una luz casi irreal.
«Amigo mГѓВo, ¿quГѓВ© te parece si nos vamos de aquГѓВ?» sugiriГѓВі Azakis preocupadГѓВsimo, mientras observaba la ola de energГѓВa que se expandГѓВa y acercaba rГѓВЎpidamente hacia su posiciГѓВіn.
«¡Seguidme!» gritó Petri en el comunicador dirigiéndose a los pilotos de las otras naves espaciales. A continuación, sin añadir nada más, maniobró con su propio medio de transporte y lo puso a cubierto rápidamente detrás de la cara de la luna que siempre mira hacia la tierra. «Agárrate con fuerza» añadió, mientras se aferraba firmemente a los apoyabrazos de la butaca del puente de mando sobre la que estaba sentado.
Esperaron, en silencio absoluto, el paso de interminables segundos, con la mirada fija en la pantalla central, esperando que el desplazamiento repentino de la Theos hubiese conseguido evitar una catГѓВЎstrofe sobre la tierra.
«La onda de energГѓВa se estГѓВЎ dispersando en el espacio» dijo tranquilamente Petri. Hizo una breve pausa, a continuaciГѓВіn, despuГѓВ©s de haber verificado toda una serie de incomprensibles mensajes aparecidos en los hologramas que estaban enfrente de ГѓВ©l, aГѓВ±adiГѓВі «La luna ha absorbido perfectamente la parte que iba directamente hacia el planeta.»
«Beh, creo que has hecho un buen trabajo, amigo mГѓВo» comentГѓВі Azakis despuГѓВ©s de haber vuelto a respirar.
«La única que ha salido perdiendo ha sido la pobre luna. Ha recibido un buen golpe.»
«Piensa en lo que podrГѓВa haber ocurrido si la onda hubiese llegado a la tierra.»
«HabrГѓВa quemado medio planeta»
«¿EstГѓВЎis todos bien?» se apresurГѓВі a preguntar Azakis, mediante el comunicador, a los otros pilotos que, siguiendo las maniobras de Petri, habГѓВan puesto tambiГѓВ©n las propias naves espaciales al amparo del satГѓВ©lite. Respuestas reconfortantes llegaron una tras otra y, despuГѓВ©s de que el ГѓВєltimo comandante hubiese confirmado tanto las perfectas condiciones de la tripulaciГѓВіn como de la nave, se dejГѓВі caer sobre el respaldo de la butaca y dejГѓВі escapar todo el aire que tenГѓВa en los pilmones.
«Todo ha salido bien» comentó Petri satisfecho.
«SГѓВ, pero ¿ahora quГѓВ© hacemos? La Theos ha dejado de existir. ¿CГѓВіmo volvemos a casa?»
Tell el-Mukayyar – Un rayo en el cielo
En el campamento base de la doctora Elisa Hunter, la gatita LulГѓВє, despuГѓВ©s de haber saltado desde los brazos de la arqueГѓВіloga, habГѓВa comenzado a girar nerviosamente por todas partes con la mirada fija en el cielo. El sol estaba a punto de ponerse y una bellГѓВsima luna casi llena estaba ya alta en el horizonte.
«Lulú, ¿qué pasa?» preguntó Elisa un poco preocupada, volviéndose hacia la inquieta gata.
«Debe estar triste porque habrá comprendido que nuestros amigos se han ido» comentó Jack lacónico intentando consolarla con algunas rascaditas debajo del mentón.
Al principio parecГѓВa que la minina habГѓВa agradecido las atenciones ronroneando y restregando el hocico en la mano del coronel. De repente, sin embargo, se parГѓВі, hizo un ruido extraГѓВ±o y volviГѓВі su mirada en direcciГѓВіn al pГѓВЎlido satГѓВ©lite de la tierra. Los dos, asombrados por aquel extraГѓВ±o comportamiento, se volvieron instintivamente en la misma direcciГѓВіn. Lo que vieron poco despuГѓВ©s dejГѓВі a ambos sin respiraciГѓВіn. ParecГѓВa que un resplandor anГѓВіmalo envolvГѓВa la luna. Una luz blanquГѓВsima, que se expandiГѓВі hasta, mГѓВЎs o menos, unas diez veces el diГѓВЎmetro del satГѓВ©lite, formГѓВі una especie de contorno alrededor de ella. El acontecimiento durГѓВі unos pocos segundos pero fue como si otro sol hubiese aparecido de repente en el cielo a la caГѓВda de la noche, iluminando toda la zona con una luz decididamente innatural.
«Pero qué demonios...» consiguió susurrar el coronel, horrorizado.
De la misma manera en que habГѓВa aparecido la luz anГѓВіmala se desvaneciГѓВі y todo pareciГѓВі volver exactamente a su estado anterior. La luna estaba allГѓВ y el sol continuaba perezosamente su descenso detrГѓВЎs de las dunas que se recortaban en el horizonte.
«¿Qué ha ocurrido?» preguntó Elisa asombrada.
«No tengo ni la más remota idea.»
«Por un instante temàque la luna hubiese explotado.»
«Ha sido realmente increГѓВble» exclamГѓВі el coronel mientras, con la mano extendida sobre las cejas escrutaba el cielo terso en busca de algГѓВєn indicio.
«Azakis... Petri...» dijo Elisa de repente. «Debe haberles sucedido algo, lo presiento.»
«Venga, déjalo. Quizás ha sido sólo el efecto de la ignición de los motores de su nave espacial.»
«No es posible. Eso parecГѓВa una autГѓВ©ntica explosiГѓВіn. Tu deberГѓВas saber mГѓВЎs de esto, ¿no?»
«CariГѓВ±o» comenzГѓВі a hablar pacientemente el coronel. «Para ver los efectos de una explosiГѓВіn de ese tipo desde tan lejos, tendrГѓВan que haber explotado sobre la luna al mismo tiempo un centenar de bombas atГѓВіmicas o quizГѓВЎs incluso un millar.»
«¿Pero entonces qué ha sucedido?»
«PodrГѓВamos intentar preguntГѓВЎrselo a nuestros amigos militares. En el fondo todavГѓВa pertenezco al ELSAD. Con todos los instrumentos apuntando siempre al cielo, un acontecimiento de este tipo no creo que se les haya pasado por alto.»
«Se ha dado cuenta hasta Lulú.»
«Creo que esta gatita es mucho más inteligente que nosotros dos juntos.»
«Los felinos son una raza superior» dijo Elisa mientras cogГѓВa de nuevo a la gatita en brazos. «¿TodavГѓВa no te habГѓВas dado cuenta?»
«Ya. Creo que incluso los antiguos egipcios los adoraban como si fuesen dioses.»
«Justo, amor mГѓВo» dijo Elisa, feliz de que la discusiГѓВіn se hubiese adentrado en un campo que ella conocГѓВa a la perfecciГѓВіn. «Bastet, por ejemplo, era una de las mГѓВЎs importantes y veneradas deidades de la antigua religiГѓВіn egipcia, representada o bien con semblante de mujer y cabeza de gata o directamente como una gata. En sus orГѓВgenes Bastet era una divinidad del culto solar pero con el tiempo se fue convirtiendo en una diosa lunar. Cuando la influencia griega se extendiГѓВі sobre la sociedad egipcia, Bastet, diviene definitivamente una Diosa lunar, ya que los griegos la identificaron con Artemisa, personificaciГѓВіn de la "Luna creciente".»
«Vale, vale. Gracias por la lecciГѓВіn, eximia doctora» dijo Jack irГѓВіnicamente, enfatizando la frase con una ligera reverencia. «Ahora, sin embargo, intentemos comprender que dГѓВablos ha sucedido allГѓВ arriba. Voy a hacer un par de llamadas.»
«Cuando quieras, estoy siempre a tu disposición, amor» replicó Elisa, alzando progresivamente la voz mientras el coronel se alejaba en dirección a la tienda laboratorio.
LulГѓВє, ya tranquila, con los ojos cerrados disfrutaba de los mimos que su amiga humana le dispensaba en abundancia.
Nave espacial seis – Inspección lunar
Azakis, despuГѓВ©s de que la mano invisible del miedo que le habГѓВa atenazado el estГѓВіmago se hubiese decidido a dejarlo en paz, habГѓВa comenzado a merodear nerviosamente por el puente de mando de la nave espacial balbuceando frases incomprensibles.
«¿Quieres parar de girar en redondo como una peonza?» le gritó Petri. «De esa manera desgastarás el suelo y conseguirás que revoloteemos en el espacio como dos viejos satélites artificiales.»
«¿CГѓВіmo puedes estar tan tranquilo? La Theos se ha destruido, estamos a millones de kilГѓВіmetros de nuestro planeta natal, no podemos comunicarnos con nadie y, aunque lo consiguiГѓВ©semos, serГѓВa imposible que alguien nos pueda rescatar, ¿y tГѓВє? Tirado panza arriba en el sofГѓВЎ como si estuvieses de vacaciones y estuvieses sentado sobre el promontorio del golfo de Saraan disfrutando del panorama al atardecer.»
«CГѓВЎlmate, amigo mГѓВo, cГѓВЎlmate. VerГѓВЎs como encontramos una soluciГѓВіn.»
«De momento no se me ocurre ninguna.»
«Porque estás nervioso. Son las ondas gamma que tu pobre cerebro fatigado está emitiendo y te impiden razonar con lucidez.»
«¿Tú crees?»
«SГѓВ» respondiГѓВі Petri con una sonrisa deslumbrante. «SiГѓВ©ntate a mi lado, respira hondo y relГѓВЎjate. VerГѓВЎs que en poco tiempo todo te parecerГѓВЎ distinto.»
«Puede que tengas razГѓВіn, amigo mГѓВo» dijo Azakis mientras, siguiendo el consejo del compaГѓВ±ero, se dejaba caer sobre la butaca gris del segundo piloto «pero en este momento soy capaz de hacer de todo menos relajarme.»
«Si prometes calmarte, te dejarГѓВ© incluso fumar una de esas porquerГѓВas malolientes que llevas siempre encima»
«Bueno, tambiГѓВ©n podrГѓВa ser una buena idea. Estoy convencido de que me ayudarГѓВa un poco». Dicho esto, sacГѓВі del bolsillo un largo cigarro oscuro hecho a mano y, despuГѓВ©s de haber cortado las extremidades con un extraГѓВ±o artilugio multicolor, se lo llevГѓВі a la boca y lo encendiГѓВі. AspirГѓВі rГѓВЎpidamente unas cuantas bocanadas dejando que unas pequeГѓВ±as nubes de humo azulado se dispersasen por la habitaciГѓВіn. Con un ligero silbido el sistema automГѓВЎtico de purificaciГѓВіn de aire de la nave espacial se activГѓВі. En pocos segundos el humo se desvaneciГѓВі y con ГѓВ©l tambiГѓВ©n el olor dulzГѓВіn y acre.
«Pero asГѓВ, no tiene gracia» exclamГѓВі Azakis que habГѓВa comenzado a recuperar el buen humor. «Me habГѓВa olvidado de lo eficientes que son nuestros sistemas de purificaciГѓВіn.»
«Los proyectactes tú» replicГѓВі Petri. «No habrГѓВa podido ser de otra manera.»
ParecГѓВa que, poco a poco, la tensiГѓВіn estaba desapareciendo.
«Hagamos el balance de la situaciГѓВіn» propuso Azakis mientras, todavГѓВa con el cigarro entre los labios, activaba una serie de hologramas que se dispusieron a media altura entorno a los dos alienГѓВgenas. «Tenemos cuatro naves espaciales operativas, incluyendo la nuestra. La Theos-2 ha aterrizado ya en Nibiru y ambos estamos fuera del radio de acciГѓВіn del sistema de comunicaciГѓВіn a vГѓВіrtice de luz.» SoltГѓВі otro par de nubes de humo y a continuaciГѓВіn prosiguiГѓВі «Carburante y reservas alimentarias al noventa y nueve por ciento.»
«Genial, veo que estás retomando el control de la situación. Continúa» lo exhortó Petri satisfecho.
«Los restantes seis componentes de la tripulación están en perfectas condiciones. Escudos y armamento a pleno rendimiento. El único problema es que no tenemos un H^COM para contactar con los Ancianos e informar sobre la situación.»
«En eso te equivocas» exclamó Petri.
«¿Qué quieres decir?»
«Quiero decir que todavГѓВa hay un H^COM en funcionamiento.»
«Pero si el ГѓВєnico que tenГѓВamos se ha destruido con la astronave.»
«¿Y el que hemos dejado a los terrestres?»
«¡Maldita sea! Tienes razГѓВіn. No se me habГѓВa ocurrido. Debemos volver con ellos para que nos lo den.»
«Calma, amigo mГѓВo, calma. TodavГѓВa estamos a tiempo. Yo, en primer lugar, irГѓВa a dar una vuelta a la luna para ver si conseguimos recuperar algo de nuestra hermosГѓВsima nave que has hecho pedazos tan alegremente.»
«¿Yo? ¿Qué tengo que ver yo? Has sido tú quien la ha hecho explotar allàarriba.»
«¿Y quién ha perdido el sistema de control remoto?»
«Eso fue culpa tuya. El método de enganche era defectuoso.»
«Vale, vale. Lo que ha sucedido, ha sucedido. Intentemos llegar hasta el fondo del asunto. Aunque yo sea un incorregible optimista, por el momento no consigo encontrar una solución brillante.»
«SerГѓВЎn las ondas gamma» replicГѓВі Azakis pagando al compaГѓВ±ero con la misma moneda. «Asumiendo que esas cuatro neuronas que merodean por tu cerebro vacГѓВo todavГѓВa sean capaces de emitirlas.»
«Después de esta pésima broma puedo finalmente anunciar que el viejo Zak está de nuevo entre nosotros. Bienvenido.»
«Entonces, ¿te ves capaz de llevar esta nave espacial al lugar de la explosión sin hacerla estrellar sobre cualquier accidente del terreno lunar?»
«Por supuesto, jefe. A tus ГѓВіrdenes» exclamГѓВі Petri imitando los modales militares que habГѓВa vitso usar a menudo a sus amigos terrestres. «Destino la luna» aГѓВ±adiГѓВі alegremente, despuГѓВ©s de haber preparado los motores y configurado la ruta hacia el satГѓВ©lite.
Se necesitaron sГѓВіlo un par de minutos para alcanzar el lugar donde la Theos se habГѓВa desintegrado. La nave espacial comenzГѓВі a sobrevolar lentamente la zona de la cara oculta de la luna que habГѓВa sufrido el impacto de la explosiГѓВіn. El terreno, normalmente muy accidentado y lleno de crГѓВЎteres provocados por los antiguos impactos de centenares de meteoros que, durante millones de aГѓВ±os, lo habГѓВan literalmente acribillado, ahora se mostraba, en una superficie de casi seiscientos kilГѓВіmetros cuadrados, increГѓВblemente liso y pulido. La onda de energГѓВa generada por la deflagraciГѓВіn habГѓВa hecho desaparecer todo. Rocas, crГѓВЎteres y depresiones ya no existГѓВan. Era como si una gigantesca apisonadora hubiese pasado sobre la zona dejando detrГѓВЎs de sГѓВ una interminable llanura de suave arena gris.
«IncreГѓВble» exclamГѓВі Petri. «Parece que volamos sobre el inmenso desierto del Sihar en Nibiru.»
«La hemos hecho buena» dijo Azakis desconsolado.
«¡Que va! ¿No ves lo hermoso que es ahora el panorama? Antes la superficie tenГѓВa mГѓВЎs arrugas que nuestro Anciano Supremo, ahora, en cambio estГѓВЎ lisa como la piel de un niГѓВ±o.»
«No me parece que haya quedado mucho de nuestra querida astronave.»
«Estoy haciendo un anГѓВЎilis en profundidad del ГѓВЎrea pero el trozo mГѓВЎs grande que he detectado tendrГѓВЎ, mГѓВЎs o menos, un centГѓВmetro cuadrado.»
«No hay más que decir. El sistema de autodestrucción ha funcionado estupendamente.»
«Eh, Zak» exclamó Petri de repente. «Según tú, ¿qué es aquello?» e indicó un punto oscuro sobre la pantalla principal.
«Ni idea... no se ve bien. ¿Qué dicen los sensores?»
«No están detectando nada. Según ellos allàno hay nada más que arena pero a màme parece ver algo más.»
«Es imposible que los sensores no detecten nada. Prueba a hacer un test de calibración.»
«Dáme un segundo.» Petri trasteó con una serie de comandos holográficos y a continuación sentenció «Los parámetros están dentro de lo normal. Parece que todo funciona correctamente.»
«Extraño... Intentemos acercarnos un poco.»
La nave espacial nГѓВєmero seis se moviГѓВі lentamente en direcciГѓВіn a aquel extraГѓВ±os objeto que parecГѓВa aflorar de la capa de polvo y arena gris.
«Máxima ampliación» ordenó Azakis. «¿Pero qué es?»
«Por lo poco que se consigue ver, parece una sección de una estructura artificial» intentó adivinar Petri.
«¿Artificial? No creo que ninguno de nosotros haya instalado nada sobre la luna.»
«QuizГѓВЎs hayan sido los terrestres. Creo haber leГѓВdo en algГѓВєn sitio que han hecho unas cuantas expediciones sobre este satГѓВ©lite.»
«Lo más extraño es que los sensores no están revelando nada de aquello que, sin embargo, están viendo nuestros ojos.»
«No sé qué decirte. Quizás la explosión los ha dañado.»
«Pero si acabo de hacer una prueba y todo estaba en orden» rebatió Azakis perplejo.
«Entonces, esa cosa que estamos viendo debió de ser hecha con un material desconocido para nosotros y que nuestros sensores no son capaces de analizar.»
«¿Quieres decir que los terrestres han conseguido inventar un compuesto que ni siquiera nosotros conocemos, lo han traГѓВdo hasta aquГѓВ arriba y han construido una base o algo parecido?»
«Y, para colmo, ahora la hemos destruГѓВda» comentГѓВі Petri desconsolado.
«Nuestros amigos no dejan jamás de sorprendernos, ¿eh?»
«Cierto... Bueno, nos hemos dado un paseГѓВto. Yo dirГѓВa que, por el momento, lo dejГѓВЎsemos correr. Tenemos cosas mГѓВЎs importantes que hacer ahora. ¿QuГѓВ© dices, jefe?»
«Digo que tienes toda la razГѓВіn. Dado que de la Theos no ha quedado nada que podamos reutilizar pienso que podrГѓВamos irnos de aquГѓВ.»
«¿En ruta hacia la tierra?»
«Volvamos al campamento de Elisa e intentemos utilizar su H^COM para contactar con Nibiru.»
«¿Y nuestros compañeros de viaje? No podemos dejarlos de ninguna manera aquàarriba» dijo Petri.
«Debemos organizar una base de apoyo en la tierra. Podremos instalar una especie de campamento cerca del de nuestros amigos.»
«Me parece una genial idea. ¿Advierto al resto de la tripulación?»
«SГѓВ. Dales las coordenadas del campamento de la excavaciГѓВіn y pГѓВdeles que organicen la preparaciГѓВіn de una estructura de emergencia. Nosotros descenderemos primero y nos ocuparemos de contactar con los Ancianos.»
«Vamos» exclamГѓВі Petri alegremente. «Y pensar que hasta hace poco me preocupaba quГѓВ© podrГѓВa hacer para superar el aburramiento del viaje de regreso.»
En el mismo momento, a una distancia de, aproximadamente, 500 U.A.
de nuestro sol, un extraГѓВ±o objeto de forma oval apareciГѓВі prГѓВЎcticamente de la nada, precedido de un rayo azulado que rasgГѓВі el negro absoluto del espacio. Se moviГѓВі en lГѓВnea recta durante casi cien mil kilГѓВіmetros a una velocidad increГѓВble antes de desaparecer de nuevo, engullido por una especie de enorme vГѓВіrtice plateado con reflejos dorados. Toda la acciГѓВіn durГѓВі sГѓВіlo unos pocos segundos tras lo cual, como si nada hubiese sucedido, aquel lugar tan remoto y desolado del espacio profundo entrГѓВі de nuevo en la quietud total en la cual habГѓВa estado inmerso hasta ese momento.
Tell-elMukayyar – Contacto con Nibiru
«SГѓВ, coronel» dijo, en un tono muy claro, una voz al otro lado de la lГѓВnea. «Nos han informado desde distintos puntos de observaciГѓВіn de la tierra de un resplandor inusual emitido probablemente desde la luna.»
«Pero la luna no emite "resplandores"» replicó Jack contrariado.
«Con respecto a esto, tiene razГѓВіn, seГѓВ±or. Puedo decirle que nuestros cientГѓВficos estГѓВЎn todavГѓВa analizando los datos recibidos con el fin de identificar quiГѓВ©n o quГѓВ© cosa lo ha provocado.»
«En definitiva, no habéis entendido nada.»
«Bueno, yo no lo habrГѓВa dicho justo de esta manera pero creo que la suya puede ser considerada una deduciГѓВіn muy justa.»
«Pero cГѓВіmo habla este» dijo Jack volviГѓВ©ndose a Elisa que, mientras tanto, habГѓВa llegado hasta ГѓВ©l, al tiempo que con la mano cubrГѓВa el micrГѓВіfono de su telГѓВ©fono mГѓВіvil. «Muy bien. Gracias por la informaciГѓВіn» prosiguiГѓВі. «Le ruego que, en el momento en que tenga mГѓВЎs noticias, contacte conmigo inmediatamente.»
«SerГѓВЎ mi prioridad, seГѓВ±or. Hasta luego, que tenga un buen dГѓВa» y cortГѓВі la conversaciГѓВіn.
«¿Qué te han dicho?» preguntó la doctora.
«Beh, parece que, efectivamente, ha ocurrido algo extraГѓВ±o allГѓВ arriba pero nadie ha encontrado todavГѓВa una explicaciГѓВіn coherente.»
«Cada vez estoy más convencida de que les ha ocurrido algo a nuestros amigos.»
«Venga, no pienses eso. Con su fantástica astronave quién sabe dónde estarán ahora.»
«Espero, de corazón, que estés en lo cierto pero continuo teniendo un extraño presentimiento.»
«Escucha, para salir de dudas, ¿por qué no usamos el artilugio que nos han dejado e intentamos contactar con ellos?»
«Bueno, no sГѓВ©... DecГѓВan que sГѓВіlo podrГѓВamos utilizarlo cuando estuvieran en su planeta... No creo que...»
«Vete a cogerlo y basta» la interrumpiГѓВі el coronel. A continuaciГѓВіhn, percatГѓВЎndose de que habГѓВa sido muy brusco, aГѓВ±adiГѓВі un «Por favor» seguido de una deslumbrante sonrisa.
«Vale. En el peor de los casos, no funcionará» dijo Elisa mientras iba a recuperar el H^COM portátil. Regresó casi enseguida y, después de arreglar un poco sus largos cabellos, se puso aquella especie de extraño y engorroso casco.
«HabГѓВan dicho que presionГѓВЎsemos ese interruptor» dijo Jack indicando el botГѓВіn. «A continuaciГѓВіn el sistema funcionarГѓВa solo.»
«¿Qué hago, lo pulso?» preguntó Elisa dubitativa.
«Venga, ¿qué puede suceder?»
La arqueóloga pulsó el botón y, articulando quizás demasiado las palabras, dijo «¿Hola? ¿Me escucha alguien?»
PermaneciГѓВі a la espera pero no recibiГѓВі ninguna respuesta. EsperГѓВі todavГѓВa algunos minutos y a continuaciГѓВіn insistiГѓВі «Hola... Hola... ¿Petri estГѓВЎs ahГѓВ? No escucho nada.»
Elisa esperГѓВі un poco mГѓВЎs, despuГѓВ©s abriГѓВі los brazos y se encogiГѓВі de hombros.
«Pulsa de nuevo el botón» sugirió el coronel.
Intentaron repetir el procedimiento varias veces pero desde el sistema de comunicaciГѓВіn no llegГѓВі a ellos ni siquiera un mГѓВsero crujido.
«No hay nada que hacer. Quizás les ha sucedido realmente algo» susurró Elisa mientras se sacaba el H^COM de la cabeza.
«O quizГѓВЎs no han llegado todavГѓВa al rango de acciГѓВіn de este artilugio.»
El coronel no habГѓВa terminado de decir la ГѓВєltima frase cuando un extraГѓВ±o ruido proveniente del exterior llamГѓВі la atenciГѓВіn de los dos.
«Jack, mira» exclamó Elisa asombrada mientras se asomaba desde la tienda. «Las esferas... Se están reactivando.»
Con el corazГѓВіn en un puГѓВ±o corrieron los dos afuera y, realmente perplejos, observaron la pirГѓВЎmide virtual de aterrizaje que estaba de nuevo tomando forma. Sus amigos estaban volviendo.
«Ves como no han explotado» dijo Jack tranquilo.
«Quizás han olvidado algo.»
«Lo importante es que están bien. Ahora intentemos mantener la calma. Dentro de nada descubriremos qué ha sucedido en realidad.»
El procedimiento de aterrizaje se desenvolviГѓВі con normalidad y, en poco tiempo, las enormes figuras de los dos alienГѓВgenas aparecieron sobre la plataforma de descenso.
«Hola chicos» gritó Petri agitando su manaza sobre la cabeza.
«¿QuГѓВ© diablos hacГѓВ©is todavГѓВa aquГѓВ?» preguntГѓВі Jack mientras los dos llegaban hasta el suelo gracias a la estructura mГѓВіvil.
«Os echábamos de menos» replicó Petri mientras saltaba desde aquella especie de ascensor antes incluso de que tocase tierra, seguido inmediatamente después por su compañero de aventuras.
«Nos estГѓВЎbamos preocupando» dijo Elisa finalmente aliviada. «Hemos asistido a un extraГѓВ±o acontecimiento que ha ocurrido en la luna hace poco y temГѓВamos que os hubiese ocurrido algo malo.»
«Por desgracia, querida, algo malo ha sucedido realmente» dijo Azakis con aire desconsolado.
«¿Ves? ¡Lo sabГѓВa!» exclamГѓВі Elisa. «Una vocecita dentro de mГѓВ me lo decГѓВa. ¿Pero quГѓВ© ha sucedido?»
«Ha ocurrido todo de repente.»
«¡Por el amor de Dios! ¿Quieres hablar? Venga, no nos tengas sobre ascuas. Cuéntalo todo, ahora.»
«Nuestra nave ha dejado de existir» anunció Azakis de un tirón.
Los dos terrestres se miraron asombrados. A continuación fue Jack el que tomó la palabra diciendo «¿Estáis bromeando? ¿Qué queréis decir con que ya no existe?»
«Quiere decir que, en este momento, el pedazo mГѓВЎs grande de la Theos podrГѓВa estar tranquilamente sobre la yema de tu dedo ГѓВndice.»
«¿Cómo ha podido suceder? ¿Y el resto de la tripulación, dónde se encuentra? ¿Están todos bien?»
«SГѓВ, estГѓВЎn bien, gracias. Ahora se encuentran sobre otras tres naves espaciales y dentro de un rato estarГѓВЎn aquГѓВ con nosotros. Si no os molesta, prepararemos aquГѓВ una estructura de emergencia e intentaremos arreglarnos de alguna manera.»
«Pues claro, ¿qué problema hay?» dijo Jack. «Os ayudaremos en lo posible. No hay ni que preguntar.»
«En definitiva» explotГѓВі Elisa que no conseguГѓВa frenar su curiosidad. «¿Nos podГѓВ©is decir de una vez quГѓВ© ha sucedido alli arriba?»
«Es una historia un poco larga» dijo Azakis sentándose sobre un cubo de lata tirado por el suelo. «Ponéos cómodos.»
DespuГѓВ©s de unos diez minutos, el alienГѓВgena les habГѓВa contado prГѓВЎcticamente toda la historia. Desde la pГѓВ©rdida del sistema de contol remoto a la tentativa de desactivaciГѓВіn del mismo. Desde la imprudencia de haber renunciado a su recuperaciГѓВіn hasta la repentina reactivaciГѓВіn del instrumento que habГѓВa provocado despuГѓВ©s el comienzo del procedimiento de autodestrucciГѓВіn.
«Pero ¡es alucinante!» exclamó Elisa asombrada. «¿Quién ha podido provocar un desastre as�»
«Probablemente» dijo Azakis «alguien habrГѓВЎ encontrado aquel extraГѓВ±o objeto y se habrГѓВЎ puesto a estudiar sus caracterГѓВsticas. A continuaciГѓВіn, habrГѓВЎ encontrado alguna informaciГѓВіn entre los millones de datos que hemos descargado sobre vuestros servidores y, de alguna manera, ha conseguido encenderlo, provocando de esta manera lo que sabemos.»
«¡Por todos los santos!» susurró el coronel desconcertado. «Parece una historia tan absurda... Y vosotros, sabiendo lo peligroso que era un artilugio de ese tipo, ¿no habéis hecho nada para recuperarlo?»
«La culpa fue mГѓВa» dijo Petri, metiГѓВ©ndose en la discusiГѓВіn. «CreГѓВa que lo habГѓВa desactivado completamente y pensaba que ningГѓВєn terrestre, aunque lo hubiese encontrado, serГѓВa capaz de reactivarlo.»
«Y en cambio, ha sucedido» añadió Jack. «¿Tenéis una idea de dónde se extravió?»
«Sinceramente, pensГѓВЎbamos que lo habГѓВamos perdido durante la recuperaciГѓВіn del cristal de Zenio pero, lo mГѓВЎs probable, es que haya acabado en cualquier otra parte del mundo mucho mГѓВЎs poblada. AllГѓВ abajo no habГѓВa nadie.»
«Zak, se me ha ocurrido una idea» exclamГѓВі Petri poniГѓВ©ndose en piГѓВ©. «Creo que, si trabajamos un poco, quizГѓВЎs podrГѓВa determinar el momento en que el control remoto se ha desenganchado de tu cinturГѓВіn.»
«No es que tenga ahora mucha importancia pero debo decir que tengo un poco de curiosidad.»
«Bien. Entonces, empecemos por informar a los Ancianos de nuestra situación y apenas nos hayamos acomodado intentaré recuperar esta información.»
«Elisa» dijo entonces Azakis. «Por desgracia el ГѓВєnico H^COM que tenГѓВamos se destruyГѓВі al mismo tiempo que la Theos. ¿PodrГѓВas, por favor, prestarnos el que te habГѓВamos dejado antes de irnos?»
«¿Te refieres al casco? Pues claro. Lo cojo enseguida.»
«Por desgracia la situación es grave» susurró Azakis volviéndose hacia el coronel, en el momento en que Elisa estuvo bastante lejos para no poder oirles. «Aunque consiguiésemos contactar con los Ancianos, las posibilidades que tenemos de volver a nuestro planeta son ahora ya prácticamente nulas.»
«¿Pero no pueden mandar a alguien a recogeros? Zaneki tiene una nave como la vuestra, ¿o me equivoco?»
«Lamentablemente los motores instalados sobre su nave son mucho menos potentes de los que tenГѓВamos en la nuestra. Es esa la razГѓВіn por la que tuvo que irse inmediatamente despuГѓВ©s de la transiciГѓВіn de Kodon. Si no lo hubiese hecho no habrГѓВa conseguido alcanzar Nibiru, que se estaba alejando rГѓВЎpidamente. Nosotros hemos podido permanecer aquГѓВ mucho mГѓВЎs debido a nuestros motores experimentales. Por desgracia, la Theos era la ГѓВєnica de nuestra flota que los tenГѓВa. La producciГѓВіn e instalaciГѓВіn de otros dos nuevos podrГѓВa llevarnos un montГѓВіn de tiempo. Un montГѓВіn de "nuestro" tiempo.»
«¿QuerГѓВ©is decir que deberГѓВas quedar aquГѓВ hasta la prГѓВіxima transiciГѓВіn de Nibiru?»
«AquГѓВ está» exclamГѓВі Elisa mientra volvГѓВa rГѓВЎpidamente hacia ellos.
«Me temo que sГѓВ, Jack» dijo Azakis en voz baja, mientras se levantaba para coger el casco H^COM que la arqueГѓВіloga le estaba entregando. «Gracias Elisa» dijo el alienГѓВgena mientras se lo ponГѓВa. «Veamos si funciona.»
«A decir verdad, hemos probado también nosotros pero no hemos conseguido hablar con nadie.»
«Asàtrabaja mi amigo» comentó Azakis mirando hacia Petri. «Jamás funciona nada de lo que hace.»
«Muy simpático, como siempre» replicó con aire muy serio Petri. «Lo recordaré cuando me pidas que ponga a punto tu baño.»
«El baño» exclamó Elisa sonriendo. «Me acuerdo perfectamente cómo funcionan vuestros baños. Una experiencia realmente inolvidable.»
Los cuatro soltaron una sonora risotada al término de la cual Petri sacó de las manos de Azakis el casco y dijo «Espera, viejo gruñón. Primero debo cambiar una configuración. El sistema está programado para que llamemos sobre la pobre Theos y no creo que allàte pueda responder nadie.»
El alienГѓВgena trasteГѓВі durante un momento con los mandos del H^COM portГѓВЎtil, a continuaciГѓВіn, cuando quedГѓВі satisfecho con lo que habГѓВa hecho, se lo pasГѓВі de nuevo a su compaГѓВ±ero, diciendo «Prueba ahora. Esperemos que mi memoria no me haya traicionado y que haya conseguido configurarlo para conectarte con la persona adecuada.»
Azakis no dudГѓВі ni siquiera un segundo de la memoria de su amigo y endosГѓВі el casco. PulsГѓВі el botГѓВіn de inicio y quedГѓВі pacientemente a la espera. PasГѓВі casi un minuto antes de que la imagen tridimensional de la huesuda cara de su Anciano responsable fuese proyectada directamente sobre la retina de sus ojos un poco cansados.
«Azakis, ¡que placer verte!» dijo su canoso interlocutor alzando el delgado brazo derecho en señal de saludo. «¿Pero desde dónde estás llamando? Tu imagen aparece muy extraña y distorsionada.»
«Es una larga historia» replicГѓВі el alienГѓВgena. «Lo que estoy utilizando es un aparato improvisado para comunicaciones de larga distancia.»
«¿No estГѓВЎs en tu nave? No me dirГѓВЎs que todavГѓВa no habГѓВ©is salido. Sabes que el lГѓВmite temporal para alcanzarnos estГѓВЎ a punto de acabarse ¿verdad?»
«Justo es de esto que querГѓВa hablarte.» Hizo una breve pausa para buscar las palabras adecuadas y a continuaciГѓВіn prosiguiГѓВі diciendo «Ha ocurrido un imprevisto... Nuestra nave ya no existe.»
«¿Cómo que no existe? ¿Qué quieres decir?»
«Ha explotado. Fué activado el sistema de autodestrucción y sólo tuvimos tiempo para ponernos a salvo antes de que todo saltase en mil pedazos.»
«Pero ese procedimiento sГѓВіlo lo podГѓВas activar tГѓВє con tu sistema de control remoto personal. ¿CГѓВіmo pudo suceder algo asГѓВ?» preguntГѓВі el Anciano asombrado.
«Digamos que han tenido lugar una serie de acontecimientos especiales, en uno de los cuales se me debió caer.»
«¿Y alguien lo ha encontrado y lo ha activado en vez de ti?»
«TodavГѓВa no hemos conseguido determinar quГѓВ© es lo que realmente sucediГѓВі, pero es una posibilidad.»
«¿Y ahora? ¿Cómo pensáis hacer para volver?»
«Es justo por esto que os estamos hablando. NecesitarГѓВamos una soluciГѓВіn buena y rГѓВЎpida para este pequeГѓВ±o problema.»
«¿PequeГѓВ±o?» replicГѓВі el Anciano levГѓВЎntandose con una agilidad sorprendente. «¿Te das cuenta de lo que estГѓВЎs diciendo? La ventana temporal estГѓВЎ ya en el lГѓВmite mГѓВЎximo. TendrГѓВas que haber partido ya y tГѓВє me dices que la Theos no existe y que estГѓВЎis bloqueados en la tierra. ¿QuГѓВ© deberemos hacer nosotros ahora?»
«Bueno, no sabrГѓВa decirte. Vosotros sois los Ancianos. Confiamos que, con vuestra experiencia y vuestra infinita sabidurГѓВa, nos podГѓВЎis echar una mano para salir de esta desagradable situaciГѓВіn.»
Su interlocutor volviГѓВі a sentarse dejГѓВЎndose caer pesadamente sobre la suave butaca gris, apoyГѓВі los codos sobre la repisa que habГѓВa enfrente de ГѓВ©l y puso las manos entre los blancos y largos cabellos mientras quedaba en silencio. PermaneciГѓВі inmГѓВіvil algunos segundos, a continuaciГѓВіn levantГѓВі la vista y dijo «IntentarГѓВ© reunir rГѓВЎpidamente al Consejo y pondrГѓВ© a trabajar a todos nuestros mejores Expertos. Espero poder darte pronto buenas noticias» y cortГѓВі la conversaciГѓВіn.
Pasadena, California – El friqui
«¿Nada mГѓВЎs?» exclamГѓВі el tipo grueso, decididamente con sobre peso, mientras observaba el extraГѓВ±o artilugio que tenГѓВa en la mano el joven friqui. «No me dirГѓВЎs que nos has hecho esperar mГѓВЎs de un mes para hacernos ver esta cosa que parpadea.»
«Os puedo asegurar que estГѓВЎ funcionando» replicГѓВі el chaval aterrorizado. «AГѓВєn dirГѓВa mГѓВЎs, creo que ha hecho ya aquello para lo que ha sido proyectado.»
«Muy bien, ¿pero nos quieres decir el quГѓВ©?» chillГѓВі el tipo alto y delgado mientras se ponГѓВa de repente en piГѓВ©. «Estoy empezando a perder la paciencia.»
En el sГѓВіtano repleto de aparatos, monitores y ordenadores de todo tipo, iluminado por una dГѓВ©bil luz led que se difundГѓВa reflejada desde las desgastadas paredes, la cara demacrada del chaval parecГѓВa todavГѓВa mГѓВЎs pГѓВЎlida de lo que era en realidad.
«Si no nos dices para qué sirve realmente esta cosa, juro que te la hago tragar entera» exclamó el gordito cogiendo al friqui por el pescuezo.
«Pero si os lo he dicho» rebatió el chaval cada vez más atemorizado. «Es un sistema para activar en modo remoto un procedimiento.»
«¿Pero quГѓВ© procedimiento? ¿De quГѓВ© se trata?» continuГѓВі el tipo gordo mientras sacudГѓВa al chaval como si estuviese agitando un Margarita.
«No estoy seguro» intentó responder el joven. «Pero creo que hemos activado una cosa muy especial y peligrosa visto los sistremas de protección que he debido eludir.»
«ExplГѓВcate mejor» dijo el gordito sin dejar de moverlo.
«Si me dejas te lo enseño.»
«Vale. Pero intenta ser convincente porque sino el trozo más grande que encontrarán de ti sólo será visible con el microscopio.»
El chaval se puso bien la camiseta, se arreglГѓВі los largos cabellos que no veГѓВan el champГѓВє desde hacГѓВa mucho tiempo y se dirigiГѓВі hacia un puesto con dos teclados y una serie de ordenadores medio desmontados. TecleГѓВі rГѓВЎpidamente unos cuantos comandos
incomprensibles y despuГѓВ©s de unos segundos, sobre una pantalla gigante que colgaba del techo, apareciГѓВі una imagen tridimensional del extraГѓВ±o objeto que giraba lentamente sobre ГѓВ©l mismo.
«Este es nuestro misterioso telecomando.»
«¿Ah, asàque ahora se ha convertido en un telecomando?»
«Bueno, dada su funciГѓВіn creo que podemos llamarlo asГѓВ.»
«Continúa» dijo el tipo flaco mientras se acomodaba sobre una silla destartalada para, de esta manera, poder observar mejor el enorme monitor.
«Por lo tanto, el problema principal fue el reactivarlo. He debido trabajar muchГѓВsimo porque, probablemente, no sГѓВіlo habГѓВa sido apagado sino que el propietario deseaba que nadie pudiese volver a encenderlo.»
«¿Ves cГѓВіmo no se le habГѓВan descargado las baterГѓВas? Que no eres otra cosa que un imbГѓВ©cil» exclamГѓВі el tipo corpulento volviГѓВ©ndose a su compinche.
«No, no hay ninguna baterГѓВa en su interior» continuГѓВі el friqui. «Creo que funciona gracias a una fuente de energГѓВa externa, una especie de flujo electromagnГѓВ©tico que consigue captar y transformar en pura potencia.»
«Interesante» comentó el tipo delgado. «¿Pero cuál es su alcance?»
«En teorГѓВa, incluso centenares de miles de kilГѓВіmetros.»
«¡Caray!» exclamГѓВі el gordito mientras cogГѓВa el extraГѓВ±o objeto. «¿Quieres decir que esta pequeГѓВ±a cosa serГѓВa capaz de transmitir una seГѓВ±al desde aquГѓВ a la luna?»
«Creo que sày probablemente ya lo hayamos hecho.»
«¿Y quГѓВ© habrГѓВa transmitido?»
«AquГѓВ viene lo interesante» continuГѓВі el chaval mientras mostraba una nueva imagen en la gran pantalla. «Estos son los sГѓВmbolos que, despuГѓВ©s de haberlo reactivado, han aparecido en la parte frontal.»
«Parece una especie de lenguaje antiguo» comentó el tipo delgado. «Creo haberlo ya visto en algún sitio.»
«De hecho, es cuneiforme. Lo usaban los sumerios miles de años antes de Cristo.»
«¿Y qué hacen en un instrumento tecnologicamente tan avanzado?»
«Esta es la lengua de nuestros visitantes alienГѓВgenas.»
«¿Quieres decir que aquellos energúmenos que nos capturaron hablan el cuneiforme?» preguntó el tipo corpulento bastante sorprendido.
«Bueno» intentó explicar el chaval «en realidad el cuneiforme no se habla. Es una forma de escritura. De todos modos creo que su lengua es esta.»
«¿Has conseguido traducirla?»
«En realidad, para garantizar que la orden fuese enviada, he tenido que meter una especie de contraseГѓВ±a. Se puede decir que, pulsando los sГѓВmbolos en la secuencia justa, he conseguido entrar en modo operativo.»
«En fin, ¿como el sistema que se usa para desbloquar los teléfonos móviles?»
«MГѓВЎs o menos, sГѓВ» dijo el friqui sonriendo, feliz de que los dos hubiesen entendido finalmente de lo que estaba hablando.
«Bien, pero aún no hemos entendido su verdadera función» rebatió el tipo flaco bastante contrariado.
«Me arriesgaré con una hipótesis que creo puede ser bastante aproximada a la realidad» dijo entonces, con un hilo de voz, el chaval.
«Bueno, ¿a quГѓВ© esperas? Habla» replicГѓВі el gordito acercГѓВЎndose a pocos centГѓВmetros de su nariz.
«Creo que es el sistema para activar el procedimiento de autodestrucción de una astronave además de tener no sé cuántas funciones más.»
Los dos compinches se miraron por un instante asombrados, a continuaciГѓВіn, el mГѓВЎs gordo, como si alguien le hubiese hecho el regalo mГѓВЎs hermoso del mundo, exclamГѓВі «Por favor, dГѓВme que los hemos hecho saltar por los aires.»
«Probablemente los alienГѓВgenas hayan tenido tiempo de ponerse a salvo pero su medio de transporte podrГѓВa haber tenido, seguramente, un fatГѓВdico final.»
«Chaval, eres un genio» exclamó el tipo corpulento. Después, sacó una memoria USB del bolsillo y añadió «Pon aquàdentro todos los datos que hay en esa cosa y después borra todo. Si descubrimos que has conservado para tàaunque sólo sea un byte...»
«Lo sé, lo sé. Me haréis pedazos.»
«Bravo. Estaba seguro de que eras un tipo listo.»
El procedimiento de copia duró sólo unos segundos. El friqui, después de haber sacado la memoria USB del ordenador, se la ofreció al tipo corpulento que se la cogió rápidamente de las manos. A continuación, después de haber cogido también el extraño objeto y haber metido ambos en el bolsillo derecho de los pantalones, dijo a su compañero «Vamos, quizás nuestros sueños están a punto de cumplirse.»
HabГѓВan llegado casi al umbral de la puerta cuando el joven exclamГѓВі «¿No os estГѓВЎis olvidando de algo?»
«¿De qué hablas?» preguntó el tipo alto y delgado.
«El resto de mi dinero.»
«¿Dinero?» replicó el gordito. «Da gracias al cielo que no te hayamos retorcido el cuello» y dió un portazo al salir.
Constelación de Tauro – Planeta Kerion
A casi sesenta y cinco aГѓВ±os luz de la tierra, la gigante roja denominada AldebarГѓВЎn ilumina dГѓВ©bilmente un ГѓВЎrido planeta conocido con el nombre de Kerion. Su superficie, hoy caracterizada por ГѓВЎridos desiertos, resecos paisajes rocosos, profundas gargantas secas y lisas mesetas, no habГѓВa sido siempre asГѓВ. El planeta comenzГѓВі su lento declive aproximadamente diez mil aГѓВ±os antes cuando, por motivos todavГѓВa desconocidos, el fluГѓВdo metГѓВЎlico que constituГѓВa el nГѓВєcleo empezГѓВі lentamente, pero de manera inexorable, a reducir la velocidad de rotaciГѓВіn, provocando la progresiva reducciГѓВіn de su campo magnГѓВ©tico.
Actualmente, la atmГѓВіsfera de Kerion, compuesta tiempo atrГѓВЎs principalmente de nitrГѓВіgeno y de aproximadamente un veinte por ciento de metano, ya casi no existe. Los daГѓВ±inos rayos provenientes de su estrella, no pudiendo ser frenados ya por el poderoso campo magnГѓВ©tico, la han disuelto gradualmente hasta reducirla a un 0,1 por ciento de su cantidad inicial. Mares de hidrocarburo lГѓВquido ocupaban casi la mitad del planeta. Lagos de metano e innumerables extensiones de helada agua salpicaban las zonas emergidas y la vida prosperaba exhuberante.el castГѓВЎstrofico evento sin embargo, parecГѓВa haber marcado el destino de Kerion. Sus habitantes, durane milenios, han intentado encontrar una soluciГѓВіn para reavivar el nГѓВєcleo sin haberlo conseguido jamГѓВЎs. Justo desde el inicio del declive probaron, incluso, a aventurarse en arriesgados y largos viajes interestelares buscando un planeta similar al suyo donde poder trasladarse, pero ninguna de esas misiones tuvo ГѓВ©xito.
Llegados casi al tГѓВ©rmino de sus recursos naturales ya se habГѓВan resignado a la invevitable extinciГѓВіn cuando una de las mentes mГѓВЎs brillantes del planeta propuso lo que la mayor parte de la poblaciГѓВіn creyГѓВі que era una autГѓВ©ntica locura: liberarse de todo aquello que podrГѓВa "morir". El keriano iniciГѓВі una serie de experimentos que, en el transcurso de unos pocos decenios, lo llevaron a extraer de los cuerpos materiales de sus semejantes aquello que nosotros podemos definir como "alma", liberГѓВЎndola de esta manera del vГѓВnculo que se creГѓВa, hasta este momento, indisoluble del cuerpo fГѓВsico. La esencia de algunos voluntarios fue separada de la materia viva y fue implantada en nuevas estructuras, completamente mecГѓВЎnicas. Aquello que naciГѓВі fue una nueva especie, basada completamente sobre cuerpos cibernГѓВ©ticos pero dotados de una inteligencia propia y de aquella esencia cГѓВіsmica llamada alma o, simplemente, vida.
La separaciГѓВіn de todas las almas de todos los habitantes fue completada en unos pocos aГѓВ±os pero, debido a la escasez de materiales adecuados para la fabricaciГѓВіn de nuevos cuerpos cibernГѓВ©ticos, el traslado se estaba llevando con mucha lentitud. Se decidiГѓВі, entonces, proceder a la conservaciГѓВіn de las "esencias" en envoltorios ovoides especiales destinados a este fin, de manera que se preservasen de la destrucciГѓВіn hasta que su nuevo exoesqueleto no fuese fabricado.
Los primeros nuevos seres creados, ahora ya practicamente inmortales, comenzaron una nueva epopeya de exploraciones del cosmos a la bГѓВєsqueda, esta vez, de planetas que pudiesen proporcionarles las necesarias materias primas para la finalizaciГѓВіn del proyecto. De estos fueron identificados diez, incluso a distancia de aГѓВ±os luz de su planeta natal, en los que fueron construidos autГѓВ©nticos laboratorios donde los recursos de los planetas podГѓВan ser extraГѓВdos y utilizados in situ para la realizaciГѓВіn de los nuevos cuerpos. Fudamentalmente era la presencia de helio-3 el que, mediante un complejo sistema de fusiГѓВіn nuclear, garantizarГѓВa a la estructura de cada uno de los kerianos una fuente prГѓВЎcticamente inagotable de energГѓВa. Para alcanzar aquellos planetas tan lejanos se crearon autГѓВ©nticos portales interestelares, a travГѓВ©s de los cuales los contenedores con las almas de los habitantes y los aparatos necesarios eran transferidos a los laboratorios de ensamblaje. La realizaciГѓВіn de cada uno de los cuerpos, la instalaciГѓВіn de cada una de las almas y su completa activaciГѓВіn requerГѓВa cada vez un procedimiento muy largo pero, para ellos, ahora ya el tiempo no era un problema.
«Hemos recibido un extraño mensaje de la instalación Λ» anunció el keriano encargado de las transmisiones.
«¿CuГѓВЎl es el mensaje?» replicГѓВі su superior, que respondГѓВa al nombre de Supervisor RTY y cuya conformaciГѓВіn fГѓВsica recordaba mucho a una especie de araГѓВ±a de patas larguГѓВsimas y cuerpo macizo.
«Se ha interrumpido de manera extraña antes de completarse. Esto es todo lo que nos ha llegado» y transmitió en subluz
el fragmento de la comunicaciГѓВіn.
Laboratorio atacado. Enviamos de vuelta...
«¿Qué cosa envian? ¿Atacado por quién?»
«No hay nada más. Desde ese momento las comunicaciones con Λ se han interrumpido.»
«Intentemos reestablecerlas los más pronto posible y entender qué ha sucedido» ordenó RTY. «Hay más de diez millones de almas en ese laboratorio a la espera de ser trasladadas.»
«Lo sé muy bien» dijo el encargado de las transmisiones. «Pero, por el momento, lo único que recibo es la señal del contenedor (|) que está recorriendo el túnel de intercomunicación.»
«Quizás sea eso lo que nos están enviando de vuelta.»
«Pronto lo descubriremos. Estará aquàdentro de trescientos veinte cens.»
Tell-el-Mukayyar ГўВЂВ“ La energГѓВa de las pirГѓВЎmides
«Aquàestán, están bajando» dijo Petri indicando las tres naves espaciales que estaban rápidamente acercándose al campo de excavación.
«Disposición estándar» ordenó Azakis, en su comunicador portátil, a los pilotos de las naves.
Los dos alienГѓВgenas, junto con Jack y Elisa, quedaron en silencio mientras observaban las naves espaciales que completaban las rГѓВЎpidas y precisas maniobras de aterrizaje.
«Deberemos activar un campo de fuerza en cúpula para recrear una atmósfera más adecuada a nuestro sistema respiratorio» sugirió Petri.
«Estoy de acuerdo» replicГѓВі Azakis. «Ya estoy aburrido de ponerme estos malditos artilugios» e indicГѓВі los dos tubos del respirador que tenГѓВa enfilados en las narices.
«Hay demasiado oxГѓВgeno aquГѓВ para nosotros. QuizГѓВЎs habrГѓВa sido mejor organizar nuestra base de emergencia en alta montaГѓВ±a.»
«No, hombre. Por lo menos por el momento. El campo de fuerza será más que suficiente a la espera de organizarnos un poco mejor.»
«Vale, tГѓВє eres el jefe» dijo Petri, dando ГѓВ©nfasis a la frase con una especie de saludo militar que habГѓВa visto hacer a los soldades terrrestres.
«Nave espacial número dos. Activar la cúpula de contención» dijo de nuevo Azakis en su intercomunicador.
Partiendo desde lo mГѓВЎs alto de la nave espacial central, traicionado sГѓВіlo por una ligera vibraciГѓВіn del aire, una especie de velo casi invisible se extendiГѓВі rГѓВЎpidamente en un radio de, aproximadamente, cien metros, formando una capa con forma de semi esfera que, desde el ГѓВЎpice de la pirГѓВЎmide virtual de la nave espacial nГѓВєmero dos, se extendГѓВa uniformemente hasta hundirse en el terreno arenoso del desierto.
«Realmente un buen trabajo» exclamó Petri satisfecho.
«¿Por qué se han colocado de esa manera?» preguntó Elisa con curiosidad.
«¿De qué manera?» respondió Azakis. «¿Qué quieres decir?»
«Las naves espaciales. Las pirГѓВЎmides que han formado estГѓВЎn casi en lГѓВnea recta y dispuestas con una de las caras hacia el sur. Las dos de los extremos estГѓВЎn aparentemente alineadas mientras que las centrales parecen que estГѓВЎn, levemente, fuera de los ejes.»
«Tienes unas excelentes dotes de observación» comentó Azakis,
«El caso es que me recuerdan mucho a otra cosa.»
«¿Qué cosa exactamente?» preguntó entonces el coronel que se sintió interesado de repente en la discusión.
«¿Has estado alguna vez en Egipto?»
«Hace mucho tiempo.»
«¿Y has visto la llanura de Giza?»
«Por supuesto que sГѓВ» respondiГѓВі Jack. A continuaciГѓВіn, dГѓВЎndose una manotada sobre la frente, exclamГѓВі «Pues claro. EstГѓВЎn puestas igual que las tres pirГѓВЎmides mГѓВЎs grandes.»
«Keops, Kefren y Micerino» precisó la doctora.
«No tengo ni idea de lo que estáis hablando» dijo Azakis perplejo.
«Espera» dijo entonces Elisa. «Te lo enseГѓВ±o» y se dirigiГѓВі con paso veloz hacia la tienda laboratorio. SaliГѓВі de ella despuГѓВ©s de poco menos de un minuto llevando en la mano un grueso libro realmente antiguo. Mientras se acercaba a los otros tres, iba pasando rГѓВЎpidamente las pГѓВЎginas. «AquГѓВ estГѓВЎ. Mira» y se lo mostrГѓВі al alienГѓВgena.
«Interesante... ¿Qué son?»
«DГѓВ©jame ver» dijo Petri sacando el libro de las manos del compaГѓВ±ero. «Ah, sГѓВ. He visto este tipo de construcciones. Son parecidas a aquella de allГѓВ» e indicГѓВі el zigurat detrГѓВЎs del campamento. «Pero deben haber sido construidas por otro pueblo y en distintos periodos de tiempo.»
«¡Muy bien, Petri! Tienes razГѓВіn. Nuestros estudiosos, desde el dГѓВa de su descubrimiento, se han estrujado el cerebro para comprender el motivo por el cual habГѓВan sido construidas y por quГѓВ© las habГѓВan dispuesto de esa manera.»
«Pero si es muy simple» dijo Petri mostrando una bella sonrisa. «¿Ves aquellas estrellas allГѓВ arriba?» e indicГѓВі una constelaciГѓВіn en medio de todas las otras estrellas, a las cuales el sol, ya desaparecido del horizonte, habГѓВa dejado el lugar.
«SГѓВ, claro. Nosotros la llamamos constelaciГѓВіn de Orion. Coge el nombre del semi dios griego Orion» dijo Elisa. DespuГѓВ©s, mientras con el dedo ГѓВndice dibujaba el contorno en el aire limpio del desierto, aГѓВ±adiГѓВі «Si, con una lГѓВnea imaginaria, conectamos sus estrellas, se forman la cabeza, los hombros, el cinturГѓВіn y los pies de un hombre. SegГѓВєn la mitologГѓВa griega Orion era un gigante nacido con habilidades sobrehumanas, un poderoso cazador que mataba las presas con una maza de bronce indestructible. Cuando el hГѓВ©roe griego muriГѓВі fue puesto entre las estrellas por toda la eternidad.»
«Son siempre muy sugestivas vuestras historias» comentó Petri fascinado. «Por lo que los Ancianos nos han enseñado todas las construcciones de este tipo, y hay un montón diseminadas sobre la tierra, se refieren a nosotros.»
«¿A los alienГѓВgenas?»
«A nosotros, los "Dioses", descendidos del cielo para crear la raza humana» precisó Petri.
«Y parecГѓВa que no hubiesen dejado huella aquГѓВ» dijo Jack. «Parece como si todo lo que hemos hecho hasta hoy sea debido sГѓВіlo exclusivamente a vosotros.»
«Bueno, pensándolo bien» comentó Elisa «debo decir que no podemos culparles de todo.»
«QuerГѓВa decir» aГѓВ±adiГѓВі Petri tranquilamente «que nuestras naves espaciales se han colocado simplemente como las tres estrellas del "cinturГѓВіn" de vuestro Orion.»
«¿Y lo mismo valdrГѓВa para las pirГѓВЎmides de Egipto?» preguntГѓВі Jack asombrado.
«DirГѓВa que sГѓВ.»
«Entonces eran autГѓВ©nticas las suposiciones de nuestros cientГѓВficos» dijo casi en voz baja la doctora. A continuaciГѓВіn se cogiГѓВі el mentГѓВіn con los dedos ГѓВndice y pulgar y aГѓВ±adiГѓВі «Sin embargo, no he comprendido todavГѓВa el verdadero motivo de esta disposiciГѓВіn.»
«Muy simple, querida» exclamГѓВі Petri. «EnergГѓВa.»
«Esto me lo debes explicar muy bien» replicó la doctora mientras enderezaba la espalda y cruzaba los brazos.
«Incluso nosotros, tampoco sabemos demasiado» se apresurГѓВі a aclarar Petri. «Parece ser que, un objeto fabricado con forma de pirГѓВЎmide es capaz de generar una especie de energГѓВa positiva benГѓВ©fica para todos los seres vivientes que estГѓВЎn cerca de ella. Obviamente, cuanto mГѓВЎs grande es el objeto mГѓВЎs energГѓВa genera. Si despuГѓВ©s, existe tambiГѓВ©n una conexiГѓВіn con un cuerpo celeste o mejor, con una serie de ellos, todo se amplifica de manera exponencial.»
«¿De quГѓВ© tipo de energГѓВa estamos hablando?» preguntГѓВі la arqueГѓВіloga.
«Como te decГѓВa, ni siquiera para nosotros estГѓВЎ claro. Muchos de nuestros Expertos se han dedicado a su estudio pero todavГѓВa no tienen datos concluyentes.»
«Por fin, algo que no sabéis ni vosotros» exclamó Jack satisfecho. «Es casi un milagro.»
«Son muchas las cosas que no sabemos, amigo mГѓВo. A grosso modo, nosotros sГѓВіlo estamos ligeramente un poco mГѓВЎs evolucionados que vosotros. El universo estГѓВЎ lleno de misterios. ¿No habrГѓВas pensado que los conocГѓВamos todos?»
«Te confieso que, por un momento, lo he creГѓВdo de verdad.»
«Hay conceptos que no podremos entender jamás. Debemos resignarnos.»
«Pero nosotros somos seres inteligentes, fantasiosos, curiosos. ¿QuГѓВ© nos impedirГѓВa entenderlo?»
Fue en este momento cuando Azakis intervino en la discusión diciendo «Es sólo un problema de niveles de percepción.»
«No he entendido nada» exclamó Elisa perpleja.
«Cojamos, por ejemplo, una cГѓВ©lula de tu hГѓВgado» continuГѓВі pacientemente Azakis. «ImagГѓВnatela intentando razonar sobre su situaciГѓВіn, su trabajo, sobre las cГѓВ©lulas cercanas a ella. QuiГѓВ©n sabe cuГѓВЎntas veces habrГѓВЎ intentado comprender quГѓВ© hay mГѓВЎs allГѓВЎ de la realidad en la que vive. ¿HabrГѓВЎ otros grupos de cГѓВ©lulas? ¿SerГѓВЎn como yo? QuizГѓВЎs habrГѓВЎ incluso supuesto la presencia de un Dios. Incluso habrГѓВa intentado entrar en contacto con ГѓВ©l, siguiendo, sabe Dios, quГѓВ© complejos rituales, rezando por su intercesiГѓВіn en la resoluciГѓВіn de sus problemas cotidiamos. ¿Pero quiГѓВ©n es su Dios? ¿Tu vesicula biliar? ¿Tu corazГѓВіn? ¿QuГѓВ© percepciГѓВіn podrГѓВЎ tener una cГѓВ©lula de tu hГѓВgado sobre ti, su Dios? ¿CГѓВіmo podrГѓВa entrar en contacto contigo? Y si no te percibiese, ¿podrГѓВa alguna vez percibirme a mГѓВ? Y el mar, el cielo, el sol, la galaxia... Es lo que quiero decir con distintos niveles de percepciГѓВіn.»
«¡Caray!» exclamГѓВі Elisa como si acabase de salir de un extraГѓВ±o trance. «No se me habГѓВa ocurrido... AsГѓВ que nosotros no podremos jamГѓВЎs ponernos en contacto con entidades de un nivel superior ni imaginar quГѓВ© es lo que puede existir mГѓВЎs allГѓВЎ de la dimensiГѓВіn en que vivimos.»
«Esto no lo sabemos. Parece ser que alguien, gracias a la energГѓВa particular aprisionada en las pirГѓВЎmides de las que hablГѓВЎbamos antes, podrГѓВa haber sido capaz de saltar uno o mГѓВЎs niveles. Por desgracia incluso nuestros conocimientos en esta materia tan particular son todavГѓВa muy limitados.»
«Fascinante» susurró la doctora completamente alucinada. «Asàque también vosotros estáis buscando vuestro Dios.»
«Efectivamente, es un tema que llevamos estudiando desde hace mucho tiempo.»
«Y, si ni vosotros habéis conseguido llegar al fondo del asunto, figuraos cuantas esperanzas tendremos nosotros.»
«A menudo las mejores intuiciones nacen de la casualidad» sentenciГѓВі Azakis. «Nuestras razas son muy parecidas y estoy convencido que, tanto nosotros como vosotros, podremos tener la misma posibilidad de descubrir el funcionamiento de este misterioso mecanismo, a travГѓВ©s del cual podrГѓВamos ponernos en contacto con las entidades superiores.»
Elisa cruzГѓВі las manos detrГѓВЎs de la espalda y comenzГѓВі a caminar en cГѓВrculos. ReflexionГѓВі durante unos segundos y a continuaciГѓВіn aГѓВ±adiГѓВі «Sin embargo, en realidad, si la cГѓВ©lula de antes no hiciese bien su trabajo, yo tendrГѓВa problemas y me darГѓВa cuenta. En el fondo incluso ГѓВ©sta es una forma de contacto, ¿me equivoco?»
«Tienes razГѓВіn. Todos nosotros estamos aquГѓВ con una finalidad concreta y deberemos buscar, simplemente, hacer de la mejor manera nuestro trabajo. Es justo por esto que en Nibiru, desde el momento mismo en que nacemos, nuestros Formadores concentran sus esfuerzos en descubrir nuestra principal peculiaridad. Cada uno de nosotros posee una, de la misma manera creo que ocurra entre vosotros los terrestres. El mayor problema es descubrirla y exaltarla al mГѓВЎximo. Los Formadores, ademГѓВЎs de proporcionarnos todos los conocimientos bГѓВЎsicos, se ocupan justo de esto. Son ellos los que, despuГѓВ©s de haber analizado atentamente nuestras caracterГѓВsticas, nos envГѓВan al grupo que mГѓВЎs se adapta a nuestras actitudes personales como son aquellos de los Artistas, los Artesanos, los Expertos, etc. Nosotros no debemos hacer otra cosa que dar siempre el mГѓВЎximo en la actividad en la que resaltamos y completar el recorrido que han pensado para nosotros.»
«Muy bien, muchachos» intervino el coronel. «¿QuГѓВ© me decГѓВs de dejar a un lado todos estos discursos filosГѓВіficos y dedicarnos seriamente a resolver el problemita que tenemos ahora?»
«SГѓВ, claro» aГѓВ±adiГѓВі Petri. «De hecho, mientras vosotros, "cerebritos", estabГѓВЎis disertando sobre los misterios del universo, yo he conseguido descargar los datos de tu grabadora personal.»
«¿De qué estás hablando?» preguntó Azakis perplejo.
«En honor a la verdad ni siquiera yo me acordaba» continuГѓВі el Experto. «Sin embargo, antes de salir, me habГѓВa ocupado de activar un sistema de grabaciГѓВіn personal que memorizarГѓВa todas las acciones de cada uno de los componentes de la tripulaciГѓВіn.»
«SГѓВ, sГѓВ, ahora me acuerdo. ¿EstГѓВЎs hablando de ese aparatito que me pusiste aquГѓВ detrГѓВЎs, verdad?» replicГѓВі el comandante mientras, torciendo el busto, intentaba seГѓВ±alar un pequeГѓВ±o rectГѓВЎndulo negro fijado sobre su cinturГѓВіn gris claro.
«Justo, amigo mГѓВo. Y no imaginas lo bien que ha funcionado. He conseguido descubrir dГѓВіnde ha acabado tu sistema de control remoto.»
«¿Ah, s� ¿Y dónde ha acabado?»
«Nunca lo imaginarГѓВas.»
Pasadena, California – El noticiario
«¿Y ahora quГѓВ© hacemos con este juguetito?» preguntГѓВі el tipo alto y flaco mientras subГѓВa, por la parte del conductor, a bordo de un flamante Chevrolet Corvette de color rojo fuego.
«¿Hablas del automГѓВіvil o del artilugio de los alienГѓВgenas?» preguntГѓВі su corpulento compinche mientras que, con mucha dificultad, intentaba tambiГѓВ©n ГѓВ©l subir a bordo del veloz auto deportivo.
«Hablaba del control remoto, aunque todavГѓВa no he comprendido porquГѓВ© has decidido comprar un auto como este, ya que ni siquiera consigues entrar.»
«Me parece que también a tàte cuesta, mi querido poste de la luz.»
«Precisamente. ¿No podГѓВas coger algo un poco mГѓВЎs cГѓВіmodo para los dos?»
«Cuando hundas el pié en el acelerador de esta bestia, entenderás inmediatamente el porqué» y después de cerrrar la portezuela con demasiada violencia, añadió «Venga, vamos.»
«¿A dónde vamos?»
«Volvemos a la base. Quiero analizar con calma todos los datos que nos ha suministrado nuestro amigo el friqui y descubrir todos los secretos de este aparato alienГѓВgena.»
«No querrГѓВЎs decir que sabes mГѓВЎs que ГѓВ©l. ParecГѓВa muy preparado.»
«Debo decir que el chaval ha hecho un trabajo excelente pero también he investigado por mi cuenta.»
«¿De qué estás hablando?» preguntó el tipo delgado, perplejo.
«¿Qué crees que he estado haciendo todas estas noches del último mes, delante del ordenador, mientras tú roncabas como un oso en hibernación?»
«¿Ver páginas porno?»
«¿Pero dónde te he encontrado? Últimamente me lo pregunto con frecuencia.»
«Es el destino que nos ha unido» replicó el tipo delgado mientras pisaba a fondo el pedal del acelerador y el Corvette volaba, dejando dos estelas negras de neumáticos sobre el asfalto.
«Eh, ve despacio» gritó el gordito mientras era aplastado contra el asiento debido a la repentina aceleración. «No querrás destrozarlo en un jesús. Sólo he pagado los dos primeros plazos.»
«¡Guau!» exclamó el tipo delgado. «Va como un misil. Es una bestia esta joya.»
«SabГѓВa que te gustarГѓВa. Ahora, sin embargo, ten cuidado y no tires a aquella vieja» dijo el tipo corpulento, indicando una frГѓВЎgil seГѓВ±ora que estaba atravesando con lentitud la carretera. «Dejemos que goce un poco mГѓВЎs su jubilaciГѓВіn.»
«No te preocupes, amigo mГѓВo. EstГѓВЎs en buenas manos» replicГѓВі el tipo que estaba conduciendo mientras que, con una brusca maniobra, esquivaba por un pelo a la viejecita.
«¡Demonios!» exclamó el gordito. «Casi le has arrancado el vestido.» A continuación se volvió hacia atrás y viendo a la anciana señora que, agitando el bolso, los estaba poniendo verdes, añadió «Otra serie de improperios como esos y serás tú quien no conseguirá gozar de la jubilación» y soltó una risotada.
«OlvГѓВdalo. No soy nada supersticioso.»
«Haces mal. ¿Y si fuese un rito vudГѓВє? PodrГѓВas encontrarte saltando como un grillo mientras la vieja te pincha con un alfiler de sombrero en el trasero en el muГѓВ±equito que hace las veces de tu persona.»
«¿Quieres parar con esas tonterГѓВas y me dices quГѓВ© hace esa cosa?»
«Vale, vale. No te calientes. SГѓВіlo estaba bromeando, ¿no?» El tipo corpulento apoyГѓВі de nuevo el objeto alienГѓВgena sobre la palma de la mano izquierda y dijo «El friqui tendrГѓВЎ, es posible, un montГѓВіn de conocimientos pero, segГѓВєn lo que he encontrado, te puedo asegurar que he utilizado los canales a los que, seguramente, no habrГѓВЎ tenido la posibilidad de acceder.»
«A veces me das miedo.»
«¿Quieres ver una cosa?»
«Bueno, depende de lo que sea.»
«En los diferentes archivos que he consultado con respecto a esta tecnologГѓВa alienГѓВgena, he descubierto que este artilugio, ademГѓВЎs de hacer saltar por los aires las astronaves, puede hacer muchas otras cosas igualmente majas.»
«¿Estás seguro que ha funcionado?» dijo el tipo que estaba conduciendo mientras se enfrentaba a una curva a toda mecha, aplastando al pasajero contra la portezuela.
«¡Eh! ¿Quieres ir mГѓВЎs despacio? SГѓВіlo faltarГѓВa que nos persiguiera la policГѓВa y nos arrestaran de nuevo.»
«Se me ha ocurrido una idea» dijo entonces el tipo flaco. «Enciende la radio.»
«¿Te parece que sea el momento de ponernos a oir cancioncillas?»
«No, idiota, que no eres más que un idiota. Pon el noticiario.»
El tipo corpulento, si bien un poco dubitativo, decidiГѓВі no hacer mГѓВЎs preguntas y, una vez encendida la radio, comenzГѓВі a recorrer la distintas emisoras hasta que encontrГѓВі una en la que estaban retrasmitiendo las noticias del mundo.
«DespuГѓВ©s de haber irrumpido en la oficina de la sede central del banco, los cuatro ladrones, con la cara cubierta, que empuГѓВ±aban pistolas y fusГѓВles automГѓВЎticos, han intimidado a los empleados con el fin de llenar las bolsas con el dinero. Toda la operaciГѓВіn ha durado poco menos de cinco minutos. Cuando la policГѓВa llegГѓВі los ladrones ya se habГѓВan marchado sin dejar rastro. Se han establecido puestos de control policial en todas las vГѓВas de acceso a la ciudad.»
«¿Qué nos importa esto?» preguntó el gordito cada vez más alucinado.
«Paciencia, amigo mГѓВo, paciencia.»
«Ahora volvemos con los titulares. Parece ser que hay novedades interesantes. Conectamos con nuestro enviado especial en Washington, Fred Salomon.»
«Gracias Lisa. Me encuentro en la sala de conferencias de la Casa Blanca donde el presidente acaba de llegar y está a punto de emitir un comunicado oficial. Escuchémoslo en directo.»
Pasaron algunos segundos de silencio, a continuaciГѓВіn la inconfundible voz del Presidente de los Estados Unidos de AmГѓВ©rica fue difundida por los potentes altavoces del Corvette.
«SeГѓВ±oras y seГѓВ±ores, para empezar gracias a todos por haber venido. Por desgracia las noticias que me han llegado hasta ahora no son para nada reconfortantes. Parece ser que el insГѓВіlito resplandor, detectado hace casi una hora en la luna, haya sido causado, efectivamente, por una inmensa explosiГѓВіn y que en ella ha estado involucrada la astronave de nuestros amigos alienГѓВgenas. TodavГѓВa no sabemos si han conseguido ponerse a salvo. Daremos otro comunicado en el momento en que tengamos mГѓВЎs novedades con respecto a lo ocurrido. Gracias.»
«¡Por todos los demonios!» exclamó el gordito atónito «Asàque la hemos hecho saltar por los aires de verdad.»
«¿No estГѓВЎs contento? Cuando estГѓВЎbamos con el friqui parecГѓВa que era lo que mГѓВЎs deseabas del mundo.»
«Bueno, sГѓВ.... vale. Sin embargo, en el fondo, me da un poco de pena.»
«IncreГѓВble. No habrГѓВa pensado jamГѓВЎs que debajo de toda esa carne hubiese un corazoncito.»
«DГѓВ©jate de decir tonterГѓВas» dijo el gordo con aire arrepentido. «DГѓВЎle al acelerador y volvamos a la base.»
Planeta Kerion – El trágico descubrimiento
«El contenedor (|) acaba de salir del tunel de intercomunicación» anunció el diminuto keriano responsable de la coordinación de las maniobras. «Dentro de 0,1 cens llegará al punto de atraque.»
«Quiero que lo traigan aquàde inmediato para verificar el contenido y para el análisis de los datos memorizados» ordenó el Supervisor RTY a su subordinado.
El extraГѓВ±o objeto ovoide, proveniente de casi sesenta y cinco aГѓВ±os luz de distancia, fue interceptado por una especie de campo de contenciГѓВіn que lo desenganchГѓВі de la ГѓВіrbita del planeta y lo transportГѓВі rГѓВЎpidamente en direcciГѓВіn a una abertura de la gigantesca estructura, completamente metГѓВЎlica, que se extendГѓВa por casi doscientos kilГѓВіmetros cuadrados a lo largo del ecuador de Kerion.
«Contenedor (|) casi en posición» dijo el coordinador.
«DГѓВЎte prisa para traerlo aquГѓВ» exclamГѓВі RTY. «Debemos descubrir, como sea, quГѓВ© ha sucedido en Λ»
En cuanto el recipiente alcanzГѓВі el punto de atraque fue enseguida custodiado por dos keriani con una figura realmente insГѓВіlita. Uno era muy parecido a una especie de remolque sin ruedas, mientras que el otro se parecГѓВa mГѓВЎs a un enorme cangrejo con seis pinzas. El cangrejo aferrГѓВі con delicadeza el contenedor y lo depositГѓВі en el interior del keriano/remolque que, despuГѓВ©s de recibir el mensaje de que habГѓВa tenido lugar el enganche, sin emitir ni un sonido, partiГѓВі a una velocidad increГѓВble en direcciГѓВіn a los laboratorios.
«El contenedor (|) ha llegado» exclamó el coordinador. «Equipo de verificación, efectuad un análisis competo del contenido.»
Cuatro keriani, incluso ГѓВ©stos con unas formas muy extrambГѓВіticas, se precipГѓВ¬taron sobre el objeto y, despuГѓВ©s de haberlo sumergido en un pequeГѓВ±o embalse que contenГѓВa una soluciГѓВіn a base de amonГѓВaco, comenzaron con el escaneo de su interior. HabГѓВan pasado pocos minutos cuando el keriano mГѓВЎs pequeГѓВ±o de los cuatro comunicГѓВі. «Novecientos noventa almas presentes, todas en perfectas condiciones. Estoy enviando al sistema central la grabaciГѓВіn de los acontecimientos memorizados desde la cГѓВЎpsula.»
«La quiero en la pantalla» ordenó perentoriamente RTY.
Las imГѓВЎgenes mostraron la superficie de la luna alejГѓВЎndose rГѓВЎpidamente mientras un objeto enorme perfectamente esfГѓВ©rico se acercaba a la zona del laboratorio subterrГѓВЎneo ГЋВ›. Pasados unos segundos, un resplandor cegador saturГѓВі con su luz la grabaciГѓВіn e, inmediatamente despuГѓВ©s, ya no habГѓВa nada. Toda el ГѓВЎrea parecГѓВa haber sido golpeada por un gigantesco martillo. Las imГѓВЎgenes mostraban sГѓВіlo una zona enorme y plana del suelo lunar, increiblemente lisa y pulida. La grabaciГѓВіn continuГѓВі todavГѓВa por unos momentos mostrando el satГѓВ©lite cada vez mГѓВЎs lejos; luego, se interrumpiГѓВі.
«El laboratorio» exclamó RTY horrorizado. «Ha sido destruido por completo.»
«No hay nada más» comentó con amargura el coordinador. «La grabación ha terminado.»
«Es un ataque descarado y deliberado a nuestro puesto de avanzadilla. SabГѓВa que no debГѓВamos fiarnos de aquella especie de alienГѓВgenas.»
«¿Piensas que el arma esférica ha sido construida por ellos?»
«Hay sГѓВіlo dos planetas habitados en aquel sistema solar y en ellos hay seres de la misma especie. No tendrГѓВamos que haber establecido allГѓВ nuestra base.»
«Es una tragedia inmensa» dijo con tristeza el keriano coordinador. «En el laboratorio habГѓВa casi diez millones de almas preparadas para ser transferidas. Se salvaron sГѓВіlo las novecientas noventa que han conseguido huir a la catГѓВЎstrofe por medio de la cГѓВЎpsula (|).»
«TodavГѓВa no me lo puedo creer» exclamГѓВі RTY consternado. «Debemos de advertir de inmediato al Supremo TYK.»
Tell-el-Mukayyar – Las grabaciones
Petri y sus tres amigos, de momento, se habГѓВan trasladado al interior de la tienda laboratorio de la doctora Hunter.
«Realmente me come la curiosidad» dijo Azakis ansiosamente. «Me gustarГѓВa ver quГѓВ© es lo que no ha funcionado de tu sistema de enganche.»
«No, querido. Ya verГѓВЎs como las cosas sucedieron de manera distinta» replicГѓВі Petri mientras hacГѓВa aparecer, aproximadamente a medio metro del suelo, un holograma tridimensional.
«Esto que haces, siempre me deja atónito» exclamó Jack mientras observaba las imágenes que se formaban justo en medio de la tienda.
«Ahora voy un poco hacia atrás» dijo Petri mientras trasteaba con un extraño instrumento y las escenas se iban reproduciendo al revés. «Este es el momento en que hemos llevado al Área 51 al general Campbell, el senador Preston y los dos graciosos personajes que nos han asaltado cuando estábamos intentando recuperar la carga.»
«SГѓВ, sГѓВ. Me acuerdo perfectamente.»
«Ahora os enseño una cosa» y el holograma mostró al tipo corpulento que se acercaba amenazante a Azakis al tiempo que le daba una palmada en la espalda.
«CreГѓВa que me estaba atemorizando» dijo el comandante alienГѓВgena. «No me ha movido ni un milГѓВmetro. ¿QuГѓВ© tiene que ver esto con el extravГѓВo del control remoto?»
«Espera. Deja que agrande este detalle... Lo que estГѓВЎis viendo es la mano del gordito mientras, con una habilidad finГѓВsima, te quita del cinturГѓВіn el aparato.»
«¡IncreГѓВble!» exclamГѓВі el coronel. «Una maniobra digna de los mejores carteristas que dan vueltas por el metro.»
«Con la excusa del golpe en el hombro ha aprovechado para robarte el control remoto» añadió Elisa. «Es una vieja técnica que los ladrones de tiendas se transmiten de generación en generación.»
«¿Me lo ha robado él?» preguntó Azakis consternado.
«Justo, amigo mГѓВo» confirmГѓВі Petri.
«¿Y cГѓВіmo diablos ha conseguido reactivarlo y completar la orden de autodestrucciГѓВіn? TГѓВє lo habГѓВas deshabilitado completamente ¿o me equivoco?»
«SГѓВ, Zak. El aparato habГѓВa sido desactivado. Probablemente, ГѓВ©l y su compinche, despuГѓВ©s de haber sido liberados, se habrГѓВЎn puesto a buscar entre las numerosas informaciones que hemos dejado a los terrestres y habrГѓВЎn encontrado el sistema para burlar el sistema de bloqueo.»
«Esos dos han destruido nuestra astronave y nos han impedido regresar a casa» explotó Azakis preso de una furia impensable en él. «Cuando los tenga otra vez a mano haré que se arrepientan de haber nacido, te doy mi palabra.»
«CГѓВЎlmate amigo mГѓВo. Ahora, lo que estГѓВЎ hecho, hecho estГѓВЎ. No podemos hacer nada. Lo que deberГѓВamos hacer es localizar a esos dos desgraciados y recuperar lo que nos han robado antes de que descubran las otras funciones que posee.»
«¿Por qué? ¿Qué otras cosas hace?» preguntó Elisa con curiosidad.
«OlvГѓВdalo, por el momento. Es mejor que no lo sepas.»
«¡Porras! ¡Cuántos misterios!» replicó la doctora un poco molesta.
«Tienes razГѓВіn, si han conseguido descubrir cГѓВіmo activar la autodestrucciГѓВіn, podrГѓВan haber descubierto tambiГѓВ©n el resto» dijo Azakis preocupado.
«¿No deberГѓВais pensar antes de nada en un sistema para volver a casa?» preguntГѓВі el coronel. «No me parece que esto sea tan urgente.»
«Tienes razГѓВіn Jack, pero ese artefacto, en las manos equivocadas, podrГѓВa resultar realmente muy peligroso.»
«Y aquellas son, decididamente, manos equivocadas» añadió Elisa.
«PodrГѓВa haber un sistema» dijo Petri casi en voz baja.
«¿El quГѓВ©? Di algo. ¿Tengo que pedГѓВrtelo de rodillas?» exclamГѓВі Azakis molesto.
«Aquel aparato estГѓВЎ dotado de un sistema de alimentaciГѓВіn particular. Si estuviГѓВ©semos todavГѓВa en la Theos podrГѓВa fabricar un dispositivo que fuese capaz de localizar el rastro de las emisiones que se dejan atrГѓВЎs.»
«¿Y te acuerdas ahora?» Azakis estaba realmente muy alterado. «¿No podrГѓВas haberlo hecho en el momento en que te has dado cuenta de su desapariciГѓВіn?»
«Lo siento, pero este sistema de bГѓВєsqueda funciona solo si el objeto estГѓВЎ en movimiento y nosotros habГѓВamos dado por descontado que te habГѓВa caГѓВdo por ahГѓВ.»
«Calmáos, muchachos» dijo el coronel, reforzando sus palabras con un amplio gesto de sus manos. «De todas formas, por lo que he entendido, sin la Theos no se puede hacer nada, ¿verdad?»
«Bueno, quizГѓВЎs se podrГѓВa hacer alguna chapucilla» dijo Petri rascГѓВЎndose la cabeza.
«Perdona el arrebato, amigo mГѓВo» dijo el comandante arrepentido. «SГѓВ© que no es culpa tuya. Es un mal momento para los dos.» A continuaciГѓВіn, mientras le apoyaba una mano sobre el hombro, aГѓВ±adiГѓВі «Haz lo que puedas. Creo que es muy importante que recuperemos ese objeto lo antes posible.»
«No te preocupes Zak. Ningún problema. Intentaré inventar algo, arreglándomelas con los pocos medios que nos quedan.»
«Sólo tú puedes hacerlo. Estamos en tus manos.»
«Voy» y, sin añadir nada más, el Experto salió de la tienda laboratorio dejando detrás de sàalgunas nubes de polvo.
«¿Lo conseguirá?» preguntó Jack dubitativo.
«Seguro. No tengo ninguna duda. Petri posee unas capacidades increГѓВbles. MГѓВЎs de una vez le he visto realizar cosas que ni siquiera un equipo compuesto por los mejores Artesanos habrГѓВa sido capaz de hacer. Es una persona excepcional. Lamento haber sido tan rudo. Lo quiero muchГѓВsimo y estarГѓВa dispuesto a dar la vida por ГѓВ©l en cualquier momento.»
«No te preocupes Zak» dijo entonces Elisa con una voz muy dulce. «Él lo sabe perfectamente. Es un mal momento pero lo superaremos sin problemas. No tengo ni la mГѓВЎs mГѓВnima duda.»
«Gracias Elisa. Lo espero de corazón.»
Pasadena, California – La guarida
Apenas la puerta se abriГѓВі, el hombre con sobrepeso fue golpeado por una placentera rГѓВЎfaga de aire fresco. El aire acondicionado de la habitaciГѓВіn, que habГѓВa dejado encendido desde la noche anterior, habГѓВa hecho magnГѓВficamente su trabajo.
«¡QuГѓВ© maravilla!» exclamГѓВі. «No podГѓВa soportar por mГѓВЎs tiempo aquel calor asfixiante.»
«QuizГѓВЎs si te decidieses a hacer una dieta seria y te librases de toda esa grasa que tienes encima, el calor no te darГѓВa tantos problemas.»
«¿Por qué te metes siempre con mi excedente?»
«LlГѓВЎmalo provisiones. PodrГѓВas estar tranquilamente un mes sin comer» exclamГѓВі el tipo flaco explotando despuГѓВ©s de una sonora risotada.
«Hago como que no te he oГѓВdo.»
El pequeГѓВ±o piso que los dos estaban utilizando como base de operaciones estaba amueblado de manera muy espartana. En el salГѓВіn principal habГѓВa sГѓВіlo una sencilla mesa de madera clara con cuatro sillas del mismo color y un pesado sofГѓВЎ de color gris oscuro con los cojines y los apoyabrazos desgastados. En el rincГѓВіn de al lado de la ventana francesa que daba sobre un triste patio interior, una maceta de plГѓВЎstico marrГѓВіn contenГѓВa el resto de una pequeГѓВ±a Washingtonia Filifera que, a pesar de su gran resistencia a los climas secos, habГѓВa muerto la semana anterior por falta de agua. El baГѓВ±o diminuto mostraba tambiГѓВ©n signos evidentes de abandono. Unas cuantas baldosas habГѓВan saltado de las paredes y gruesas manchas oscuras sobre el suelo descolorido daban testimonio de las filtraciones de agua que no se habГѓВan reparado jamГѓВЎs. Dos pequeГѓВ±os y lamentables dormitorios, cada uno de ellos con una cama de una plaza y una mesita de noche barata, junto con una cocina americana con muebles viejos de hace, por lo menos, veinte aГѓВ±os, completaban el equipamiento de aquel apartamento, al que se podГѓВa llamar de todo menos agradable.
«A decir verdad, en cuanto a gusto en la elección de nuestros escondites, eres lo máximo, ¿eh?» comentó el tipo alto y delgado.
«¿Por qué lo dices? ¿Qué es lo que no te gusta de este sitio?»
«Es una pocilga. Eso es lo que no me gusta. Siempre estamos hablando de hacer una montaña de dinero pero, al final, acabamos siempre en uno de estos agujeros asquerosos.»
«Siempre te estás lamentando» replicó el tipo gordo. «Intentemos vender este aparato y verás como podremos dejar esta vida de una vez por todas.»
«Si tГѓВє lo dices... yo no estarГѓВa tan convencido.»
«Venga, pásame el ordenador portátil que te enseño una cosa.»
El tipo delgado sacó desde detrás del sofá una bolsa negra de bandolera y extrajo de ella un ordenador portátil gris oscuro. Lo observó durante un momento, a continuación lo pasó a su compinche que lo apoyó sobre la mesa y lo encendió. Quedaron los dos durante un rato observando la pantalla mientras el sistema operativo completaba el procedimiento de arranque hasta que, llegado a un cierto punto, el tipo flaco explotó «No agunto estos chismes. Paso las horas mirando barras de deslizamiento, relojes que giran, actualizaciones diversas... ¿Será posible que no se consiga fabricar un ordenador que funcione como un televisor? Le das al botón y se enciende.»
«SГѓВ claro, estarГѓВa genial. Yo, en cambio, lo que mГѓВЎs odio es que, cuando has acabado de usarlo y quieres apagarlo para irte a casa, te escribe un mensaje que dice "No apagar el ordenador. Instalando actualizaciГѓВіn 1 de 325 en curso..." y tienes que esperar media hora mientras hace lo que le da la gana. ¿Justo tiene que esperar a que me vaya?»
«Ay, la informática. Probablemente los programadores que han proyectado estos sistemas operativos gozan viéndonos a nosotros, pobres mortales, perder los nervios delante de sus "creaciones"»
«¿Dices que lo hacen a propósito?»
«Si piensas que hoy en dГѓВa sГѓВіlo para escribir una carta, te hace falta un ordenador con una potencia de trabajo un millГѓВіn de veces mГѓВЎs grande que aquel que han usado en las misiones Apollo para mandar al hombre a la luna, supongo que algo ha tenido que torcerse en la revoluciГѓВіn tecnolГѓВіgica.»
«Bueno, el experto eres tú» comentГѓВі el tipo flaco. «Estoy convencido que nos hacen perder un montГѓВіn de tiempo pero sin estos aparatos ahora ya no podrГѓВamos ni siquiera il al baГѓВ±o.»
«Olvidémoslo, será mejor. Mira, en cambio, lo que he descubierto en mis noches de insomnio.»
El hombre corpulento mostrГѓВі sobre la pantalla una serie de imГѓВЎgenes que debГѓВa haber cogido de algГѓВєn archivo que se veГѓВa que no era pГѓВєblico. Hizo pasar de largo algunos y a continuaciГѓВіn dijo «AquГѓВ estГѓВЎ. Esto que estГѓВЎs viendo creo que son una especie de combinaciones de caracteres cuneiformes capaces de activar funciones complementarias de este aparato.»
«¿Dónde las has conseguido?» preguntó el tipo flaco asombrado.
«Si te lo dijese despuГѓВ©s tendrГѓВa que matarte» respondiГѓВі con un aire muy serio el gordito.
El tipo alto y flaco quedГѓВі por un momento como paralizado, despuГѓВ©s se diГѓВі cuenta que su compinche hablaba de broma, y despuГѓВ©s de darle un buen coscorrГѓВіn, exclamГѓВі «TГѓВє eres imbГѓВ©cil. Venga, dГѓВ©jame ver ese increГѓВble descubrimiento.»
«Espera, dГѓВ©jame examinar antes quГѓВ© nos ha dado el friqui» y metiГѓВі en el ordenador la memoria USB obtenida del chaval. Se deslizГѓВі rГѓВЎpidamente por una serie de archivos, abriendo al azar alguno de vez en cuando, hasta que su atenciГѓВіn fue atraida por una imagen que ya habГѓВa visto. «Mira esto» exclamГѓВі.
«¿Qué es?»
«Es una secuencia de caracteres que ya conozco.»
«No entiendo.»
«Tú estás tonto. Esta combinación es la que ha activado la orden de autodestrucción de la astronave y estoy seguro de haberla visto ya durante mis búsquedas.»
El tipo delgado, para evitar mГѓВЎs reproches, se limitГѓВі emitir un gruГѓВ±ido.
«Aquàestá» dijo de nuevo el tipo gordo mostrando la misma serie de imágenes que estaban mirando con anterioridad pero resaltándolas con el ratón. «Es esta.»
«SГѓВ, ¿y...?»
«Entonces, si esta secuencia ya ha funcionado, probablemente estas otras que se ven aquГѓВ podrГѓВan estar activadas.»
«Tiene sentido.»
«¿Qué te parece si probamos una de ellas?»
«¿No será peligroso? Creo que ya hemos hecho bastante daño.»
«Eres un miedica» dijo el tipo gordo. «En el peor de los casos haremos saltar por los aires otra de esas malditas astronaves.»
«¿Y si fuésemos nosotros los que saltásemos por los aires? No sabemos nada de esa cosa.»
«Venga, probemos» exclamó el gordo con la expresión de un chaval que está a punto de hacer explotar un petardo bajo la manta del abuelo mientras duerme plácidamente.
«HГѓВЎzlo tГѓВє. Yo me voy a proteger detrГѓВЎs de allГѓВ.»
«Siempre tan valiente, ¿eh? No te preocupes, lo hago yo, no eres más que una nenaza.»
El tipo corpulento, entonces, despuГѓВ©s de esperar a que su compinche se fuese a encerrrar en el dormitorio adyacente, tomГѓВі aire y, usando su grueso dedo ГѓВndice, trazГѓВі sobre la superficie del objeto la primera secuencia indicada en la pantalla. Justo despuГѓВ©s lanzГѓВі el aparato sobre el sofГѓВЎ y se echГѓВі a tierra con las manos sobre la cabeza. EsperГѓВі inmГѓВіvil algunos segundos pero no sucediГѓВі nada. PermaneciГѓВі todavГѓВa un rato, tendido sobre el suelo, y sГѓВіlo despuГѓВ©s de haber constatado que no parecГѓВa que hubiese ningГѓВєn peligro, alzГѓВі ligeramente la cabeza. El control remoto estaba tranquilamente apoyado sobre el asiento del sofГѓВЎ y no parecГѓВa que funcionase.
«¿Y bien? ¿Qué ha sucedido?» preguntó su compinche asomando la cabeza desde la puerta semi cerrada.
«Nada, absolutamente nada.»
«¿No te habrás equivocado al escribir la secuencia?»
«No lo creo. Parece que hice todo correctamente» dijo el gordito mientras, con mucha cautela, se volvГѓВa a levantar y se acercaba de nuevo al objeto alienГѓВgena.
«Venga, prueba otra vez. Yo me quedo aquГѓВ.»
«Gracias por la ayuda. ¿QuГѓВ© harГѓВa sin ti?»
Esta vez el tipo corpulento decidiГѓВі que no se tirarГѓВa de nuevo al suelo y compuso la sequencia permaneciendo sentado en la butaca. RepitiГѓВі mГѓВЎs veces la operaciГѓВіn pero el objeto no parecГѓВa que reaccionase.
«Nada de nada» añadió el tipo gordo.
«Puede que estemos destruyendo todas sus astronaves» comentó el tipo alto mientras se asomaba otra vez desde la puerta.
«No digas sandeces. El friqui ha dicho que este chisme tiene un alcance de solo algunos cientos miles de kilómetros. Nibiru vete a saber dónde está. Yo, en cambio, creo que, es algo mucho más sencillo, esta secuencia no está operativa.»
«Entonces probamos otra, ¿no?»
«¿Probamos? A màme parece que soy el único en "probar"»
«Eh, no seas tan intransigente. Por otra parte, ¿quiГѓВ©n es el mГѓВЎs entendido en tecnologГѓВa de los dos?»
«Vale, vale. Ahora pruebo con la segunda.»
El tipo gordo pasГѓВі los diez minutos siguientes componiendo, una despuГѓВ©s de otra, casi todas las combinaciones que habГѓВa visto sobre la pantalla del ordenador pero no ocurriГѓВі nada de extraГѓВ±o.
Mientras tanto, visto que las situaciГѓВіn era de todo menos peligrosa su compinche se habГѓВa acercado hasta ГѓВ©l y juntos estaban haciendo conjeturas y suposiciones de todo tipo.
«Quizás las imágenes van al revés» dijo, llegado a un punto, el tipo delgado.
«Que va. Los caracteres cuneiformes del control remoto estГѓВЎn en el mismo orden que los del vГѓВdeo.»
«Entonces, tus fantásticas "fuentes" se deben de haber secado.»
«No es posible. Debe funcionar. Estoy convencido.»
«Me quedan sólo dos por probar. Si ni siquiera estas funcionan, tiramos esta cosa al cubo de la basura y nos vamos a beber algo fresquito.»
El tipo corpulento bufГѓВі y, sin aГѓВ±adir nada mГѓВЎs, compuso, sin mucha convicciГѓВіn, la penГѓВєltima secuencia. Tecleado el ГѓВєltimo sГѓВmbolo percibiГѓВі un ligerГѓВsimo temblor y un instante despuГѓВ©s, desde la parte delantera del aparato, apareciГѓВі una especie de resplandor nada natural. Hubo un ligero chasquido y, en la parte vacГѓВa delante de ellos, se abriГѓВі una nueva ventana, perfectamente circular de casi medi metro de diГѓВЎmetro.
«Pero qué demonios...» exclamó el tipo flaco con los ojos abiertos como platos.
«Por todos los cielos...» añadió su amigo también horrorizado.
Con las piernas todavГѓВa temblequeantes por el miedo, se levantaron y se acercaron con cautela al agujero de la pared. Fue el mГѓВЎs alto el que, metiendo la cabeza en la abertura, exclamГѓВі «Es increГѓВble. La pared se ha desmaterializado y hemos agujereado tambiГѓВ©n el cartel publicitario del coche allГѓВ abajo. ¡EstГѓВЎ por lo menos a cien metros de aquГѓВ!»
Planeta Kerion – TYK el Supremo
«Supremo TYK» anunció RTY en el sistema de comunicación interno de la estructura ecuatorial del planeta. «Por desgracia soy el embajador de una terrible noticia.»
«RTY, mi fiel amigo. No temas, nada podrá turbar mi serenidad y la de nuestro pueblo.»
El Supremo TYK era, en realidad, el exoesqueleto mГѓВЎs grande y antiguo de todo Kerion donde, miles de aГѓВ±os antes, habГѓВan sido trasladadas las almas de aquellos que habГѓВan gobernado el planeta en el periodo pre-mГѓВЎquina. Con el tiempo, su estructura fГѓВsica se habГѓВa convertido en algo inmenso. Su extensiГѓВіn actual se acercaba a los dos kilГѓВіmetros cuadrados con una altura que, en algunos puntos, superaban incluso los quinientos metros lineales. TYK era un conglomerado tecnolГѓВіgico multifuncional con las caracterГѓВsticas especГѓВficas y la eficiencia de un millГѓВіn de fГѓВЎbricas japonesas todas juntas.
«Me temo que esta vez lo que ha sucedido sea verdaderamente atroz» continuó el keriano responsable.
«Habla, ¿qué ocurre?»
«El laboratorio Λ ha sido atacado y destruido. Diez millones de almas han sido aniquiladas. Sólo se han salvado novecienta noventa expulsadas, por medio del contenedor (|), pocos momentos antes de la explosión.»
«¿ExplosiГѓВіn? ¿De quГѓВ© estГѓВЎs hablando? ¿QuiГѓВ©n ha sido?» la voz, siempre suave y tranquila de TYK, habГѓВa asumido ahora un tono decididamente mucho mГѓВЎs alterado.
«En el sistema central, referencia |^|, puedes ver directamente lo que ha sido grabado desde la cápsula mientras se alejaba del satélite.»
TYK quedГѓВі duratne mucho tiempo en silencio mientras miraba una y otra vez las imГѓВЎgfnes capturadas por el contenedor, a continuaciГѓВіn desactivГѓВі la grabaciГѓВіn y dijo «Ese artefГѓВЎcto esfГѓВ©rico ha sido diseГѓВ±ado por aquella raza alienГѓВgena que habita el planeta azul llamado |o|.»
«O quizás por los habitantes del otro planeta que pertenece al mismo sistema solra» añadió el responsable.
«Ha sido un ataque despiadado por parte de esa especie primitiva hacia nuestra raza. Millones de nuestros hermamos han sido aniquilados antes de que puediésemos trasladarlos. ¿Por qué?»
«Hemos pensado siempre que esos seres no representaban ningún peligro para nosotros, aunque yo siempre me he opuesto a la fabricación de Λ en su satélite.»
«¿Cuál es el otro planeta del que hablabas?»
«Lo llamamos |O|. Es muy parecido a |o|. Su ГѓВіrbita, sin embargo, es mucho mГѓВЎs grande. EfectГѓВєa un giro completo entorno al sol cada 3.600 revoluciones de |o| y sus habitantes son de orГѓВgenes muy parecidos. De hecho, segГѓВєn estudios hechos en su momento, parece ser que los habitantes de |O| han modificado genГѓВ©ticamente algunas especies que vivГѓВan en |o| para hacerlos semejantes a ellos.»
Конец ознакомительного фрагмента.
Текст предоставлен ООО «ЛитРес».
Прочитайте эту книгу целиком, купив полную легальную версию (https://www.litres.ru/pages/biblio_book/?art=40850189) на ЛитРес.
Безопасно оплатить книгу можно банковской картой Visa, MasterCard, Maestro, со счета мобильного телефона, с платежного терминала, в салоне МТС или Связной, через PayPal, WebMoney, Яндекс.Деньги, QIWI Кошелек, бонусными картами или другим удобным Вам способом.
Если текст книги отсутствует, перейдите по ссылке
Возможные причины отсутствия книги:
1. Книга снята с продаж по просьбе правообладателя
2. Книга ещё не поступила в продажу и пока недоступна для чтения